Caracas, 2 de octubre de 2023 (Prensa Mincomunas).- La Comuna Batalla Santa Inés, ubicada en la ciudad de Maturín, en el estado Monagas, cuenta con 460 hectáreas para la producción agrícola, por lo que sus integrantes decidieron fabricar insumos de origen biológico para mejorar la salud de los cultivos, así como las características del suelo, con un menor impacto ambiental.
De acuerdo con Germán Guerrero, vocero de la Comuna Batalla Santa Inés, Maturín también es considerado epicentro para la producción de alimentos para el pueblo, por su vasto territorio y por sus tierras de vocación agrícola que, en la actualidad, son cultivadas con procesos y prácticas agroecológicas para cuidar y conservar el entorno.
“La iniciativa de crear los insumos de origen biológico surgió por la necesidad de cuidar la extensión territorial con la que fuimos bendecidos. Nosotros tenemos una relación estrecha con la madre tierra y, por eso, hemos tomado la previsión de manejar la fabricación de los bioinsumos y los biofertilizantes con criterios ancestrales, así como con métodos científicos para lograr una relación armoniosa con la naturaleza. Todos los proyectos, desde el punto de vista agrícola, están en concordancia con las buenas prácticas agroecológicas que están establecidas en el Plan de la Patria, que persiguen la protección y la reproducción de la vida”, manifestó.
Asimismo, Guerrero explicó que, adicionalmente, los comuneros y las comuneras de Maturín producen bokashi, un abono orgánico, rico en nutrientes, utilizado para el desarrollo de los cultivos, que se consigue a partir de la fermentación de varios materiales secos, como cascarilla de arroz, estiércol y melaza.
“Nuestra comuna tiene una alta vocación agrícola. También nos dedicamos a la producción de maíz para semilla, frijol para semilla. Sembramos algunas hortalizas como ají dulce, pimentón y berenjena. Tenemos una escuela de formación agroecológica llamada Unidades de Producción Social (UPS) Bosques de Santa Inés que, con prácticas ancestrales, hemos logrado empezar a cambiar los paradigmas tradicionales de la agricultura que tanto dañan a la madre tierra. Estamos decididos a realizar procesos ecoamigables, para producir alimentos locales para el pueblo”, puntualizó Guerrero.
El vocero comunal añadió que este trabajo innovador de los bioinsumos les ha permitido impulsar la seguridad alimentaria de la comunidad, a pesar del bloqueo financiero y las medidas coercitivas unilaterales.
“Los comuneros y las comuneras nos diferenciamos del productor capitalista, porque no vemos la producción agrícola como una mercancía, sino como un bien social, y porque tenemos una relación distinta con la Tierra. Nosotros promovemos el trueque con otras comunas del estado Monagas. Tenemos intercambio de productos, pero también tenemos un intercambio de saberes y conocimientos; nosotros compartimos este trabajo creativo. Con eso, hemos logrado fluir, generar bienestar común y resistir a la crisis”, enfatizó Guerrero. (Texto: Karina Depablos).