Prensa Mincomunas.- De acuerdo con el profesor y filósofo boliviano Rafael Bautista, redefinir la vida es fundamental para definir un nuevo proyecto político, entendido como un nuevo proyecto de vida.
“La tematización explícita de una política para la vida aparece en uno de los contextos más alarmantes que haya jamás enfrentado la humanidad. La actual crisis civilizatoria, comprendida como crisis de racionalidad, evidencia también el derrumbe del sistema de valores y de creencias, de certezas y expectativas, que ha constituido al mundo moderno y a su economía, el capitalismo”, destacó.
En su artículo “Hacia una política para la vida”, publicado en la revista Archipiélago, el filósofo boliviano manifestó que es necesario acentuar y reafirmar la opción por la vida, desde la revalorización, dignificación y restauración del campo, como el modelo de vida que la ciudad debería proponerse para hacer posible su propia viabilidad futura.
“La condición insoslayable de toda relación comunitaria es el servicio que nos hacemos, los unos a los otros, en esa gratuidad del agradecimiento como forma de reciprocidad continua; por eso en el ubuntu, la acentuación está en el ‘tú’ y no en el ‘yo’, el acento está siempre en la comunidad, no en el ego atomizado y desvinculado de toda referencia que no sea su propio interés individualista (hay que subrayar que el ego es el propio sistema de autodefensa que se activa cuando se experimenta el mundo y la vida como pura hostilidad)”, expresó el investigador.
Bautista comentó que en un contexto, en el cual, se ha perdido el sentido mismo de la vida y de lo que significa vivir, una política para la vida no puede, sino proponerse la restauración de la vida, como condición inexcusable de todas las demás posibilidades existenciales.
“La comunidad no es un dato, sino un criterio, y es el modo como la vida se expresa. Cuanta más comunidad y más relaciones de complementariedad en la reciprocidad se producen; más se está en sintonía para escuchar, respetar y aprender los signos de la vida”, enfatizó Rafael Bautista.
Del mismo modo, insistió en que resignificar la política desde la vida debe ser una apuesta que el ámbito citadino proyecte como el necesario reencuentro con la tierra y con la vida.
“Hay que cambiar todo, pero, sobre todo, hay que limpiar y exorcizar los virus invasivos ideológicos que la modernidad ha naturalizado en nuestras propias expectativas políticas”, reiteró el escritor boliviano.