Juventud cafetalera de la EPSIC Enriquito Colmenarez participa de formación especializada (2/2)

Caracas, 14 de septiembre de 2025 (Prensa Mincomunas).- Jóvenes de la Empresa de Propiedad Social Indirecta Comunal (EPSIC) Enriquito Colmenarez, con sede en Sanare, estado Lara, participaron en el Curso de Desarrollo de Habilidades Sensoriales en Café impartido por la especialista Mirla Segovia en el laboratorio de la Fundación para la Excelencia del Café Venezolano (FECVE), en La Castellana, municipio Chacao, Caracas, donde vivieron una experiencia transformadora que les permitió aproximarse al café desde la sensibilidad de los sentidos y al mismo tiempo desde la rigurosidad técnica que demanda un producto de calidad

‎Durante la formación, los participantes, quienes fueron Alirio Escalona, Juan Carlos Colmenarez y Angélica Soto, exploraron la fragancia, la intensidad y los matices aromáticos que distinguen a cada grano, comprendiendo cómo el olfato y el gusto se convierten en herramientas esenciales para reconocer virtudes y defectos en la bebida.

El café como escuela para afinar los sentidos

Con 27 años, Angélica Soto encontró en la experiencia formativa un espacio que le permitió unir la emoción personal con la mirada técnica que caracteriza su formación profesional, ya que, desde el primer instante en que cruzó las puertas del laboratorio, la invadió la emoción de estar en un ambiente especializado, lleno de equipos, aromas y posibilidades de aprendizaje junto a expertos que transmiten la pasión por el café desde el conocimiento profundo.

‎Por primera vez desarrolló una gran curiosidad por ejercitar sentidos que a menudo pasan desapercibidos y comprendió que evaluar atributos como el dulzor, la acidez, el cuerpo, la fragancia o la intensidad del aroma no es solo un ejercicio técnico, sino también una oportunidad para reconocer la diversidad que encierran variedades del café como el robusta, el natural o el lavado.

‎Entre las notas percibidas durante las prácticas, una la marcó especialmente, el fenol, pues su olor y sabor desagradables le hicieron entender cómo un defecto puede convertir un café en imbebible y cómo su origen se puede rastrear tanto al campo como al manejo postcosecha. Esta revelación reafirmó en ella la importancia de la trazabilidad y del cumplimiento riguroso de cada parámetro de calidad, porque solo así se logra un producto que cumpla con las expectativas del consumidor y garantice una experiencia excepcional en la taza.

‎Angélica está convencida de que el aprendizaje obtenido en el curso puede incidir directamente en la producción de café grado uno, ya que al transmitir estos conocimientos a los productores se fomenta la cultura de la cosecha y el procesamiento responsable. Para ella, cada etapa —desde el cultivo y la recolección hasta el tostado y el almacenamiento— requiere atención especial y cuidado constante, porque sin ese eslabón de precisión será imposible alcanzar el nivel de un café de especialidad.

El desarrollo de habilidades olfativas se convirtió para ella en un pilar clave, pues ofrece la posibilidad de detectar defectos y valorar los matices que distinguen un buen café, permitiendo ajustar procesos y mantener los más altos estándares. Habla de la calidad con la seguridad de quien conoce los parámetros técnicos y, al mismo tiempo, con la satisfacción personal de saber que producir un café que cumpla con las normas internacionales es sinónimo de orgullo y compromiso.

‎Su experiencia en la FECVE le confirmó que el futuro del café venezolano depende de ese cuidado minucioso, de la pasión en cada etapa y de la determinación de formar una nueva generación que produzca calidad con responsabilidad y excelencia.

‎Una empresa Comunal con reconocimiento internacional

‎La Empresa de Propiedad Social Indirecta Comunal (EPSIC) Enriquito Colmenarez, ubicada en el municipio Andrés Eloy Blanco del estado Lara, es una torrefactora de café que agrupa a productores y productoras de distintas Comunas de la región. Este proyecto colectivo ha logrado consolidar una organización que no solo procesa café, sino que también encarna el esfuerzo comunitario por transformar la producción cafetalera en un motor de desarrollo local.

‎Su marca insignia, Vencafé, es elaborada a partir de granos de café arábigos y robustos cultivados en las montañas de Lara, uniendo tradición, trabajo Comunal y estándares de calidad que fortalecen la identidad cafetalera venezolana.

‎La importancia estratégica de la EPSIC ha sido reconocida internacionalmente, ya que la empresa ha realizado exportación de café a Estados Unidos e Italia. En este sentido, la participación de los jóvenes de la empresa en el curso de la FECVE representa un paso clave en este camino de crecimiento.

‎Tanto Angélica, como Juan y Alirio, concuerdan en que la formación en habilidades sensoriales fortalece la capacidad de la empresa para mantener la calidad de su café, incrementa el valor de su producto y consolida la confianza de los mercados internacionales. Afirman que esta experiencia, además de elevar la preparación técnica del personal, se convierte en una herramienta que impulsa a la EPSIC hacia nuevas metas de producción, exportación y posicionamiento en el competitivo mercado del café de especialidad.

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