Caracas, 18 de junio de 2025 (Prensa Mincomunas).- «Resistir, renacer y revolucionar son tres procesos necesarios para avanzar a la nueva etapa de transición al socialismo [comunal]». Esta fue una de las ideas que surgieron como parte de las exposiciones de la segunda jornada del Foro de Comunicación Comunal para la Defensa Cognitiva, realizada en la sede del Ministerio del Poder Popular para las Comunas.
En esta oportunidad, se contó con las intervenciones del sociólogo Héctor Gutiérrez, la especialista en Ciencias Políticas Carolina Escarrá Gil, la politóloga Zenobia Marcano Córdova y el internacionalista Ernesto Wong Maestre. Desde diversas perspectivas, coincidieron en que no habrá Estado comunal sin transformación de las subjetividades, y que dicha transformación solo es posible desde el territorio, la comunicación crítica y los vínculos vivos que tejen comunidad.
El sociólogo Héctor Gutiérrez, primer ponente de esta jornada, afirmó durante su exposición titulada «Neonazifascismos y otras malas hierbas para bloquear la forma histórica naciente de la comuna», que toda investigación crítica «debe servir a las luchas de nuestros pueblos».
Planteó que las expresiones neofascistas —lejos de ser fenómenos coyunturales— se sostienen sobre una matriz ideológica profundamente arraigada en la interpretación que Occidente ha hecho del mundo.
«En esta lógica subyace un problema ético y estético, sobre la base de la idea de jerarquía racial y de superioridad de Occidente. La negación del otro es un paso previo al fascismo. O ¿acaso se nos olvidan los 100 millones de nativos americanos exterminados?», preguntó.
El investigador venezolano recordó que, en esta ecuación, la modernidad y su modelo imperial adoptaron el cristianismo y lo tergiversaron [a eso se le llama cristiandad], para, con sus símbolos y doctrinas, legitimar su violencia.
En su intervención, Héctor Gutiérrez propuso la necesidad de generar una «vacuna» frente a Occidente y sus dispositivos de manipulación espiritual y cultural, y recomendó la lectura del texto El nuevo Plan Cóndor. Geopolítica e imperialismo en América Latina y el Caribe, para comprender mejor cómo operan estas ofensivas.
Como propuesta, el sociólogo sostuvo que debe promoverse un diálogo espiritual e interreligioso desde el respeto y la diversidad, en sintonía con el carácter multicultural y multiétnico consagrado en el preámbulo de la Constitución venezolana. A esta propuesta la llamó «macrocomunismo», donde converjan lo intercultural, lo originario y el antiimperialismo.
«Las decisiones no tienen que venir del Estado sionista de Israel, ni de Inglaterra, ni de Estados Unidos. Deben salir de los pueblos. Todos somos soberanos, hasta en los espíritus de la religión. ¡Nacionalicemos la religión!», expresó.
Héctor Gutiérrez denunció, además, que los poderes fácticos de Occidente —a través de sus estructuras mediáticas y digitales— promueven una lógica de «estupidización» colectiva.
Advirtió que existe una planificación orientada a reducir la capacidad de pensar, estimular respuestas automáticas basadas en la emoción, y anular toda complejidad. «Los mensajes son para que la gente piense cada vez menos. Ese es un proyecto de idiotización de la población», puntualizó.
Señaló que se trata de una estrategia pensada desde hace décadas para dominar subjetividades, especialmente en las juventudes.
Ante esta amenaza, llamó a cuidar el proyecto revolucionario venezolano y continental con conciencia crítica, dignidad y determinación. «Tenemos que defender nuestra Revolución Bolivariana, nuestra revolución americana, humanista y planetaria, contra el paramilitarismo, la violencia y la manipulación religiosa», apuntó.


«Resistir, renacer y revolucionar»
Con el título de su ponencia «Comunicación y pedagogía de la reforma constitucional», Carolina Escarrá Gil, especialista en Ciencias Políticas, afirmó que el momento histórico exige una pedagogía política anclada en el territorio y orientada a la transformación profunda de las subjetividades.
«Resistir, renacer y revolucionar son tres procesos necesarios para avanzar a la nueva etapa de transición al socialismo [comunal], en un escenario de penetración cultural, guerra cognitiva, bloqueo económico… y de crisis estructural del capital», expresó.
A juicio de Escarrá Gil, estos desafíos deben abordarse desde el tejido vivo de las comunidades, con conciencia crítica y herramientas comunicacionales populares.
«Es un proceso orientado, por una ética socialista, a la transformación de las subjetividades (a la creación del hombre y de la mujer nuevos) que necesita la humanidad para poder avanzar en la independencia plena y en la construcción de otro tipo de sociedad», dijo.
Como ejemplo de ausencia de tejido comunitario, la abogada constitucionalista relató una conversación con ciudadanos franceses, quienes le comentaron la imposibilidad de rebelión popular en Europa ante las crisis actuales.
«En Francia y Europa no hay posibilidades de rebelión popular frente a lo que sucede, porque no hay comunicación, no hay interrelación, no hay redes sociales humanas: las personas no comparten un café, una comida, un sancocho colectivos», comentó Carolina Escarrá.
Para ella, esa falta de vínculo cotidiano y político entre los sujetos impide el surgimiento de una subjetividad colectiva transformadora.
Durante su ponencia, Carolina Escarrá Gil también denunció que la operación psicológica contra Venezuela no es un fenómeno reciente, sino una ofensiva sistemática que ha mutado en sus formas y ha cobrado mayor fuerza en la era digital.
«Recordemos cuando hace años se colocaban fotos de anaqueles vacíos en los medios de comunicación, no solo a nivel nacional, sino también internacional», evocó.
Rememoró, además, el golpe de Estado de 2002 y el sabotaje petrolero de 2003 como episodios clave de esta guerra no convencional. «Lo hemos vivido desde que empezó la Revolución Bolivariana, pero ha arreciado en esta época precisamente porque han surgido las redes sociales digitales», advirtió.
Carolina Escarrá Gil señaló que las redes sociales digitales constituyen un fenómeno imposible de controlar completamente, ni con leyes ni desde el Estado. Desde su lectura, la única manera de enfrentar su impacto es mediante la conciencia crítica colectiva.


«Somos comunidad, somos una común-unidad»
Como parte de su charla que se tituló «La forma comunal familiar como anticipación objetiva del Estado Comunal en Venezuela», la politóloga Zenobia Marcano Córdova deliberó sobre la dimensión subjetiva del proyecto comunal.
«Debemos hacer una reflexión profunda en torno a quiénes estamos siendo. ¿Quiénes estamos siendo en nuestra práctica diaria? Necesitamos entender que no puede haber un Estado comunal, si no hay relaciones comunitarias, y si no hay seres humanos comunitarios que hagan posibles esas relaciones», manifestó.
Sostuvo que este proceso de refundación subjetiva implica aceptar una contradicción estructural: la coexistencia entre una raíz comunitaria y una formación moderna-individualista.
«En la recuperación del tejido comunitario, debemos partir del principio de somos un “nosotros”, una gran familia extendida. Desde esa cosmovisión nosótrica, la naturaleza [no humana] también es parte de nuestra familia extendida. Es una cosmovisión, con valores antagónicos al capitalismo. Ese ejercicio debe asumir la contradicción que nos atraviesa: tenemos una visión moderna y una raíz comunitaria. Ello implica hacer una revisión crítica de nuestra historia», subrayó.
Evocó el nacimiento como símbolo de la comunalidad originaria. «Cuando el ser humano nace, lo primero que hace es respirar, y después uno entiende que depende de la mamá que nos va a amamantar; es decir: ya nacemos como comunidad», explicó Zenobia Marcano Córdova.
Esta conciencia relacional desmiente el mito liberal del individuo egoísta y reafirma una verdad fundante: «Somos comunidad, somos una común-unidad».
En su conversa, la investigadora de la Universidad Internacional de las Comunicaciones destacó que en la solidaridad se encuentra el trabajo colectivo, eje organizador de la cultura popular venezolana. Cayapas, convites, mano vuelta, siembra, cosecha, pesca o trueque no son simplemente formas prácticas de economía comunitaria, sino expresiones vivas de una ética de apoyo mutuo.
En ese contexto, afirmó que el Estado Comunal no es un invento tecnocrático ni una utopía ajena, sino algo que emerge de los valores ya presentes en las prácticas del pueblo.
La comunicadora venezolana resaltó que la cultura de la comunalidad se manifiesta en los gestos cotidianos: desde hacer hallacas como fiesta familiar colectiva hasta compartir un sancocho a la orilla del río: «Disfrutamos al estar juntos». Explicó que esa alegría de lo común es parte constitutiva del alma venezolana.
Desde esa mirada, propuso entender la forma comunal familiar como una red que va más allá de la consanguinidad. «Somos filiales. Hacemos familia con nuestros compañeros de trabajo, con amigos y amigas, con nuestras mascotas, con la naturaleza [no humana]», acentúo Zenobia Marcano Córdova.

«El discurso es lo que media en todo»
Con su ponencia «El diseño crítico de Hugo Chávez y sus claves para la vocería comunal enfocada en las 7 Transformaciones», el politólogo cubano Ernesto Wong Maestre planteó la dimensión política del discurso como fuerza que media y modela los procesos de transformación.
«El discurso es lo que media en todo, ya sea puesto en un rol como mensaje o en un rol movilizador. De ahí, la necesidad de ir construyendo representaciones e imaginarios sociales sobre el proyecto societal que queremos construir, con el fin de persuadir sobre las transformaciones que se están impulsando», argumentó.
En su intervención, el internacionalista advirtió que la comunicación no puede reducirse a técnicas, formatos o plataformas, ni ser tratada como un ejercicio abstracto. Por el contrario, debe entenderse como una relación viva entre sujetos.
«Las transformaciones hay que hacerlas conscientes, desde una comunicación revolucionaria que incluya la crítica y la autocrítica. En este proceso, la comunicación debe ser asumida no como un proceso abstracto, sino como una relación con los demás, en la que se establezca una verdadera comunión», señaló.
Durante el desarrollo de su discurso, Wong Maestre compartió además una reflexión personal surgida del análisis de múltiples intervenciones del comandante Hugo Chávez, particularmente en el programa Aló, presidente. «Me di cuenta de que todos esos discursos se movían en cuatro dimensiones», explicó.
En tal sentido, detalló que la primera, la dimensión direccional, y la segunda, la dimensión argumental, le fueron inspiradas —dijo— por las propias claves discursivas que Chávez repetía: cómo plantear lo que se quiere transformar y con qué sentido estratégico.
En este contexto, Ernesto Wong Maestre insistió en que el vocero comunal debe comprender no solo la visión nacional, sino también los movimientos orgánicos que suceden dentro de la propia comuna. «Todo líder, todo vocero comunal, debe poder persuadir, interpretar el movimiento de su realidad territorial», señaló. Por eso, inspirado en otra de las enseñanzas de Chávez, propuso lo que llamó el triángulo indisoluble: objetivo, estrategia y recurso.
Cada transformación, explicó, requiere identificar qué se quiere lograr (el objetivo), cómo se pretende hacerlo (la estrategia), y con qué medios se cuenta (los recursos). «Chávez lo decía con claridad: la estrategia es cómo hacer, qué hacer para alcanzar el objetivo», recordó.
Añadió que si no se explicita con qué se va a ejecutar dicha estrategia, el discurso queda incompleto. «La gente se pregunta: “¿con qué vamos a hacer eso?”, y no es una pregunta desde el pesimismo, sino desde la necesidad de realidad y confianza», recalcó.
En ese aspecto, el cubano subrayó que no basta con denunciar los efectos del bloqueo o las medidas coercitivas unilaterales. Es igual de necesario —apuntó— mostrar cómo se resiste y con qué elementos se sigue avanzando.
Por eso, al triángulo direccional —conformado por objetivo, estrategia y recurso— propuso sumarle un triángulo argumental, compuesto por los fundamentos que permiten explicar por qué se plantea ese objetivo, por qué se elige determinada estrategia y con qué criterio se asignan los recursos.
Redacción: José Tomedes Gutiérrez

