Comuna mirandina se reconecta con modos de vida ancestrales

Caracas, 25 de abril de 2024 (Prensa Mincomunas).- Familias de la Comuna en Construcción Produciendo en Revolución impulsan la Escuela Agroecológica Suma Qamaña; un espacio de siembra y formación ideológica colectiva que rescata conocimientos, aprendizajes y prácticas ancestrales para cuidar la vida.

Carlos Rodríguez, vocero de esta comuna —ubicada en la parroquia Cecilio Acosta, municipio Guaicaipuro del estado Miranda— está integrada por 5 consejos comunales: Los Cedritos, La Hoyadita, Terrazas de la Lola, Variantes de La Morita y Urquía de Guaicaipuro. Cada uno abraza a alrededor de 60 familias y varios manantiales; “solo en el caso de Terrazas de la Lola, hay 3”.

Este joven comunero relata que, con la Escuela, se han ido conformando “semilleros infantiles, para vincularlos con la agroecología, la conservación y el respeto por la naturaleza”. Agrega, además, que, como parte de la labor de concienciación, en las distintas conversas, reuniones y asambleas, se han estado sensibilizando a los productores y habitantes para que se permitan, progresivamente, ir humanizando la relación con la madre tierra y evitar el uso de agrotóxicos.

Recuerda que, en el sector, existe tradición de siembra, además que muchos de sus pobladores “están criando pollos y gallinas ponedoras; algunos están en la producción caprina y ovina y, en poca cantidad, ganado vacuno. Estas actividades han contribuido al mantenimiento de la población en situaciones tan difíciles como las del bloqueo, la guerra económica y las medidas coercitivas financieras del imperialismo norteamericano”.

Carlos Rodríguez se identifica como militante de la Unión Comunera y promotor de la Escuela Agroecológica Suma Qamaña —que, en lengua aymara, significa buen vivir—; es licenciado en Gestión Social del Desarrollo Local y técnico superior universitario en Formulación de Proyectos Sociocomunitarios por la UBV, y cursó un diplomado de Maestro Caficultor, con la Corporación de Desarrollo Agrícola del estado Miranda, organismo que promueve “la autoformación en la enseñanza del proceso de la agroecología y la autoformación con el método Indevecor, creado por Carlos Lanz para impulsar la agroecología como vía posible para llegar al quinto objetivo histórico del Plan de la Patria, como es el de salvaguardar la vida en el planeta y generar procesos de producción de alimentos y que estos sean sanos y soberanos”.

Prioridades atendidas en común-unidad

En atención a las necesidades puntuales de esta comuna, el dirigente manifiesta que, en esta comuna en construcción ya existen algunas ideas-proyecto que contribuirían a resolver los problemas de vialidad agrícola, protección de manantiales, electricidad y la movilización de las personas; asuntos considerados como vitales para esta comunidad.

En cuanto al sostenimiento de la población, la comuna también considera urgente incentivar y articular la producción agropecuaria, dado que “muchas familias producen de manera particular, tanto alimentos como animales, y la intención es poder organizar el proceso de producción”. Rodríguez afirma que tienen una alta potencialidad para la producción de café —que es un alimento bandera de la referida escuela agroecológica— y se busca que “este pueda ser de impulso para el bienestar de las comunidades”.

Hacia la consolidación de la organización política comunitaria

Los principales proyectos de la Comuna Produciendo en Revolución vinculados con otras comunas se relacionan con la formación política, ideológica y técnica; pues, de acuerdo con Carlos Rodríguez, para desarrollar e implementar proyectos de tipo económico se requiere de “un músculo económico, un músculo político, un músculo productivo y, a su vez, mecanismos de interconexión y de movilización entre comunas”.

Respecto a otros mecanismos para compartir entre sus pobladores, menciona que ya se ha realizado intercambio de semillas en dos oportunidades, en las cuales coordinaron “entre todos el día, para cada quien llevar semillas e intercambiarlas; esto, con el objetivo de potenciar la ayuda mutua, la complementariedad entre los territorios”; una práctica que les ha funcionado bastante bien, aunque hay algunos elementos que faltarían, como un banco de semillas. “Esto, para extraer de la primera cosecha un porcentaje de dicha producción para las próximas siembras y que, a partir de allí, podamos ir con cada ciclo multiplicando las cantidades dentro del territorio”, detalla el maestro caficultor.

Narra que, en el presente, los comuneros y las comuneras también atienden otras dimensiones de la vida y, conjuntamente, la gestión de la vida en comunidad o en comuna; entonces, es como esos dobles roles, y eso forma parte de la vida en los territorios”.

Al final de sus declaraciones y acerca de su valoración respecto a vivir en comuna, el líder comunitario afirma que “el capitalismo nos ha hecho desvirtuarnos y nadar contracorriente a lo que, históricamente, hemos sido; entonces, el ser parte de la comuna y parte del socialismo nos empuja a reconectarnos con eso, con lo que somos, con nuestra esencia y esos seres gregarios que somos… vivir en comunidad es, ciertamente, ir a lo común, sentirnos parte de un todo”.

Comparte en redes sociales