De Circuito Comunal a la Comuna: Fortaleciendo la Organización del Pueblo

Caracas, 26 de septiembre de 2025 (Prensa Mincomunas).- La transformación de los Circuitos Comunales en Comunas constituye un paso fundamental en la consolidación del Poder Popular y en la construcción del socialismo. Este proceso fortalece la organización comunitaria al promover la participación activa del pueblo en la toma de decisiones y en la gestión de políticas públicas que respondan a sus realidades, despertando un profundo sentido de pertenencia y responsabilidad colectiva.

‎Siguiendo la orientación del presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, cada Circuito Comunal debe avanzar hacia su consolidación para convertirse en Comuna. Esta figura, concebida como un mecanismo político de consulta y articulación de Consejos Comunales, ha permitido canalizar la voz del pueblo en los procesos decisorios. Es importante destacar que el Circuito, al ser una orientación política, no cuenta con un marco legal formal, lo que subraya su naturaleza flexible y adaptativa.

Pasar de Circuitos Comunales a Comunas fortalece la organización territorial

‎‎La transición de los Circuitos Comunales a las Comunas representa un paso esencial hacia una democracia más participativa y cercana a la vida cotidiana de la ciudadanía, ya que, mientras que los Circuitos han cumplido un rol electoral importante, su alcance ha sido limitado frente a las necesidades profundas de las comunidades. La Comuna, en cambio, abre un espacio donde el pueblo asume un rol protagónico en la planificación y ejecución de decisiones, fortaleciendo el tejido social y dando respuesta directa a las realidades locales, con un cambio no solo administrativo, sino una oportunidad histórica para consolidar un modelo de autogobierno inclusivo, sostenible y solidario.

‎Las Comunas son la célula fundamental del nuevo modelo de Estado, concebidas más allá de lo político-electoral para abarcar lo social, cultural y económico. Desde las Asambleas de Ciudadanos y Ciudadanas surgen proyectos de planificación local que atienden problemas y potencian las fortalezas de cada territorio. Además, impulsan la Economía Comunal mediante iniciativas socioproductivas que promueven la autogestión y la soberanía económica. Al mismo tiempo, consolidan la paz, la convivencia y la cohesión social, convirtiéndose en verdaderos espacios de transformación y empoderamiento colectivo.

‎La evolución de un Circuito Comunal hacia Comuna constituye un avance decisivo en lo orgánico y lo político, pues es una transformación que fortalece la identidad de las comunidades como actores fundamentales en su territorio, al tiempo que impulsa una participación más amplia y un auténtico sentido de pertenencia entre sus habitantes. Este proceso forma parte de una meta nacional que proyecta alcanzar las seis mil Comunas consolidadas para el año 2026.

Fases para avanzar a un consenso Comunal

La transición de Circuito a Comuna es un proceso transformador que requiere la participación activa y el compromiso de toda la comunidad, para llevar a cabo esta transición de manera efectiva.

‎Primeramente, es fundamental llevar a cabo jornadas de formación y sensibilización que permitan a la ciudadanía entender los beneficios de este nuevo modelo de organización. A través de debates y talleres, la comunidad podrá empoderarse y tomar un papel activo en la transformación.

‎Asimismo, cada comunidad debe realizar un diagnóstico participativo que identifique sus necesidades y potencialidades, utilizando herramientas como la cartografía social para visualizar el territorio y sus actores. En este sentido, es importante resaltar que las Asambleas juegan un papel crucial en este proceso, ya que es el espacio donde las y los ciudadanos pueden reunirse, debatir y decidir sobre la conformación de la Comuna y su estructura de Gobierno.

‎Finalmente, es vital el acompañamiento institucional y de las distintas instancias de Gobierno, para las asesoría técnicas que faciliten la consolidación de las Comunas.

Fases para avanzar a un consenso Comunal

La evolución comienza con la voluntad colectiva de los Consejos Comunales que lo integran, donde resulta indispensable la continuidad territorial para garantizar que los espacios estén interconectados y trabajen en conjunto. Cada Consejo Comunal debe manifestar su decisión de avanzar hacia la conformación de la Comuna, entendiendo que este es un proceso de desarrollo compartido que requiere de la participación activa de los ciudadanos y ciudadanas, y solo con ese compromiso, puede iniciarse la transición hacia una nueva forma de organización, en la que el pueblo asume plenamente el ejercicio del poder en su territorio, y una vez definido este acuerdo, se activa el procedimiento formal contemplado en la Ley Orgánica de Comunas.


‎‎El primer paso consiste en conformar una Comisión Promotora, la cual se elige a través de Asambleas en cada Consejo Comunal. De estas reuniones surgen tres voceros o voceras por comunidad que tendrán la tarea de instalar la Comisión y redactar la Carta Fundacional de la Comuna, un documento que recoge la visión colectiva del territorio y que se elabora con apoyo de las Comisiones Electorales, encargadas de aportar información vital como censos poblacionales y características sociales, económicas y culturales de la zona.

‎Una vez redactada la Carta Fundacional, se procede a la elaboración del Plan de la Patria en su versión Comunal, guiado por las Siete Transformaciones (7T), que actúan como eje para el desarrollo integral del territorio. Posteriormente, la carta es divulgada en todos los Consejos Comunales y discutida en Asambleas abiertas donde las y los ciudadanos se identifican con sus principios y objetivos, fortaleciendo así el sentido de pertenencia y compromiso colectivo, y, concluida esta etapa, se realiza un referéndum probatorio que, según la ley, requiere el respaldo de al menos el 15% de la población del territorio, y si la propuesta es aprobada, la Comisión Promotora instala la Comisión Electoral Comunal, marcando un paso decisivo hacia la consolidación de la nueva Comuna.


‎Es importante destacar que las Comunas no cuentan con elecciones directas, ya que la representación surge de la dinámica de los Consejos Comunales, de acuerdo con lo establecido en el artículo 20 de la Ley Orgánica de Comunas. Esto garantiza que la renovación y legitimidad de las Comunas sea permanente, vinculada siempre al funcionamiento de los Consejos que las conforman, pues, de esta manera, el proceso electoral no se desarrolla de manera aislada, sino como parte de una estructura más amplia que asegura la continuidad, la gobernanza y el protagonismo del pueblo en el ejercicio del Poder Popular.

‎Una vez instalada la Comisión Electoral Comunal, se elige la Comisión delegada y se constituyen las principales instancias de Gobierno de la Comuna. Entre ellas se encuentra el Parlamento Comunal, donde se discuten y aprueban las normativas que rigen la vida colectiva; el Consejo de Contraloría, encargado de velar por la transparencia y la buena gestión de los recursos; el Banco Comunal, que facilita servicios financieros y fortalece los proyectos socioproductivos; el Consejo de Justicia de Paz Comunal, que promueve la resolución de conflictos con equidad y convivencia armónica; y el Consejo Ejecutivo, responsable de implementar las decisiones tomadas en las demás instancias y coordinar las acciones para el desarrollo integral. Todas estas estructuras permiten que la Comuna funcione como un verdadero espacio de Autogobierno, donde cada voz ciudadana tiene un lugar en la construcción del destino común.

‎La Comuna se complementa con seis Consejos y seis Comisiones de Trabajo, orientadas a áreas fundamentales como economía, planificación, servicios públicos, juventud y suprema felicidad. Esta organización facilita un enfoque más preciso en la atención de las necesidades de la población y promueve la eficiencia en la gestión de los recursos, y una vez cumplidos estos pasos, la Comuna registra su plan de desarrollo ante el Ministerio del Poder Popular para las Comunas, Movimientos Sociales y Agricultura Urbana, obteniendo un certificado que formaliza su existencia legal y política.


‎Este esfuerzo responde a una meta nacional que busca transformar los 1.683 Circuitos Comunales en Comunas, articulados con más de 12.000 Consejos Comunales en todo el país. Actualmente, de las 3.600 Comunas constituidas, se estima que están vinculadas a más de 34.000 Consejos Comunales, lo que refleja la amplitud y la fuerza de la red de organización popular en construcción.

‎Con cada nueva Comuna, el pueblo venezolano da un paso firme hacia un modelo de democracia participativa, solidaria y transformadora, donde la autogestión, la soberanía y la justicia social se convierten en pilares de la vida comunitaria.

‎Este proceso eleva el nivel de organización del pueblo en su territorio, ya que, al establecer un gobierno comunitario, la Comuna se convierte en el ente que articula el bienestar y el desarrollo de toda la población, fortaleciendo la cohesión social y empoderando a los ciudadanos a través de su participación activa en las decisiones colectivas.

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