Táchira, 18 de mayo de 2025 (Prensa Mincomunas).- En el Táchira profundo, entre montañas y tradición agrícola, florece una experiencia de organización popular que trasciende lo ordinario, esta se trata de la Comuna Junco Unido y Socialista, una expresión viva del Poder Popular que ha convertido la participación protagónica en una herramienta de transformación concreta.
Gracias a un ejercicio de organización ejemplar, esta Comuna ha implementado con éxito su Banco Comunal, consolidándolo como un mecanismo revolucionario para dinamizar la economía local, fortalecer la producción y sembrar esperanza colectiva desde la autogestión. El Banco Comunal de la Comuna Junco Unido y Socialista nació de una necesidad compartida y de una visión profundamente humana, ya que, en lugar de resignarse a las limitaciones del sistema tradicional, las voceras y voceros Comunales trazaron un camino colectivo, donde el capital no es un fin sino medio para el bienestar.



Detectaron los obstáculos que enfrentaban los pequeños y medianos productores de la zona, quienes, pese a su esfuerzo, veían frustrados sus intentos de crecer por falta de insumos, maquinaria o apoyo técnico. En respuesta, surgió la decisión de construir una herramienta económica autónoma, fundada en la solidaridad, el esfuerzo común y la conciencia política.
Tifany Mora, Parlamentaria Comunal e integrante del equipo de control y seguimiento del Banco, señaló que esta organización no responde a lógicas capitalistas, sino a una dinámica de reciprocidad, donde cada aporte y cada crédito fortalecen un tejido social que se apoya mutuamente. Afirmó que más que una estructura financiera, representa una victoria organizativa y una demostración de que cuando el pueblo se organiza y planifica desde sus propias realidades, puede levantar instrumentos poderosos que impulsan la producción, dignifican la vida y abren caminos hacia la soberanía económica.



“Cada crédito otorgado fue una semilla sembrada con fe, planificación y conciencia”
La construcción de este Banco Comunal no fue un hecho improvisado, sino el resultado de una profunda y consciente planificación colectiva. En cada Asamblea de Ciudadanas y Ciudadanos, el pueblo organizado definió con claridad los pasos a seguir: desde los criterios de elegibilidad hasta las condiciones solidarias de los créditos y la estructura de gestión Comunal. Todo se diseñó bajo los principios irrenunciables de justicia social, transparencia participativa y equidad sobre todos los Consejos Comunales.



El momento decisivo llegó en el año 2024, cuando el Gobierno Bolivariano otorgó el financiamiento necesario para activar este sueño transformador. Pero no fue solo cuestión de recursos. La verdadera fortaleza del proceso residió en la ejecución comprometida, con un acompañamiento constante, asesoría técnica desde las instancias del Poder Popular, seguimiento colectivo y una voluntad política firme de demostrar que el pueblo organizado sí puede gestionar su economía con eficacia y visión de futuro.
Un modelo basado en la conciencia y la reciprocidad



Este Banco Comunal se ha consolidado como una herramienta concreta de emancipación económica, al servicio de 56 productoras y productores del territorio. Mujeres y hombres dedicados al cultivo de hortalizas, a la cría de aves y porcinos, así como a diversos emprendimientos artesanales, hoy cuentan con el respaldo de una institución comunitaria que reconoce sus saberes, su esfuerzo y su arraigo territorial.
Gracias a este modelo solidario, han podido acceder a insumos mediante compras colectivas, intercambiar conocimientos técnicos y mejorar las condiciones de trabajo con un sentido de unidad que rompe con el individualismo. El Banco no solo financia proyectos: teje redes, articula sueños y devuelve a la comunidad su capacidad de decidir sobre su propia economía.
La visión que impulsa a la Comuna es ambiciosa y profundamente transformadora: convertir al Banco Comunal en un motor económico soberano, capaz de sostenerse sin depender exclusivamente de recursos externos. Desde la autogestión, se trabaja por diversificar las áreas productivas, incorporar a más familias al Circuito Económico Comunal (CEC) y establecer una distribuidora directa que conecte a los productores con las Bases de Misiones Socialistas y los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
La experiencia de Junco Unido y Socialista demuestra que cuando el pueblo se organiza con conciencia, planificación y amor por su territorio, es posible construir una economía popular sólida, equitativa y centrada en las necesidades reales de la comunidad. Este Banco Comunal no solo presta dinero: siembra soberanía, multiplica la esperanza y proyecta un modelo económico nacido desde abajo, profundamente humano y socialista.
Un territorio que decidió gobernarse a sí mismo


La Comuna Junco Unido y Socialista nació en el año 2015 como una decisión profunda del pueblo, no como un trámite administrativo. Su origen está marcado por la conciencia, el debate colectivo y la firme convicción de que solo a través de la organización popular es posible construir una sociedad justa. Fue en ese momento crucial cuando 12 Consejos Comunales se unieron, en un acto de soberanía popular, para dar vida a una nueva forma de autogobierno y planificación territorial.
Desde entonces, la Comuna ha crecido, expandiéndose hasta abarcar 15 Consejos Comunales en total, lo que representa una proyección clara hacia la integración plena de todo el territorio. Este proceso no solo implicó identificar necesidades o distribuir responsabilidades; fue, sobre todo, el reconocimiento de una fuerza colectiva capaz de soñar y ejecutar, de asumir las riendas de su propio destino con dignidad, disciplina y conciencia política.
Las familias: alma y fuerza de la Comuna



En el corazón de esta experiencia están las familias. Son ellas, con su trabajo cotidiano, su constancia y su fe en el proyecto revolucionario, las que sostienen el sueño Comunal con hechos concretos. Son ellas la fibra de la Comuna: acuden a las asambleas después de largas jornadas laborales, participan en los debates con pasión y respeto, se forman en procesos administrativos, impulsan proyectos productivos, acompañan a sus vecinos y levantan la voz cuando hace falta defender lo conquistado.
Aquí, la Comuna es su casa y su escuela. Es el espacio donde se aprende haciendo, donde cada voz cuenta, y donde las necesidades se convierten en planes y los sueños en metas compartidas. Es también donde los padres enseñan con el ejemplo, donde los abuelos transmiten la sabiduría de la historia, y donde la juventud inventa y reinventa caminos nuevos para seguir avanzando.
Así se construye, día a día, la Comuna Junco Unido y Socialista: con manos humildes, con mentes despiertas, con corazones rebeldes y con una voluntad colectiva que no se detiene. Es un territorio de esperanza activa, de soberanía popular, de resistencia y de profundo amor por el proyecto Bolivariano, porque, en definitiva, la Comuna es el pueblo en ejercicio pleno de su poder.