Caracas, 7 de mayo de 2025 (Prensa Mincomunas).- “Debemos girar hacia un modo de producción distinto al actual, que nos lleve a una economía para la vida”. Este es uno de los llamados de atención que hace Andy Hernández Rada, vocero y parlamentario de la Comuna Socialista 5 de Marzo “Comandante Eterno”, y economista egresado de la Universidad Central de Venezuela.
El comunero enfatizó que el modelo económico actual, basado en la producción sin medida y sin planificación, pone en riesgo la sostenibilidad del planeta y la continuidad de la humanidad y la vida toda en la Tierra.
En este sentido, comentó que la Sexta Transformación, centrada en la ecología, y la Séptima Transformación, que busca reorganizar el sistema productivo global, son claves para avanzar hacia un modelo más sostenible.
“Todo esto está relacionado con un conjunto de alianzas, contactos y relaciones que debemos establecer a nivel internacional para reorientar el modo de producción mundial hacia un modelo más sostenible. Así podremos afirmar, con certeza, que estamos construyendo una economía para la vida. Expresarlo desde la comuna significa que somos una referencia, aunque local, completamente articulada con el desarrollo nacional. Por eso, me gusta llamar a este proyecto el Plan de la 7T: el plan de desarrollo económico y social de la nación. Lo denominamos 7T, porque contempla siete objetivos estratégicos que nos planteamos para transformar el modelo de desarrollo nacional, en el que las comunas desempeñan un papel fundamental. ¿Por qué? Porque estamos hablando de economía. En la última Consulta Nacional Popular, se incorporó la metodología del plan de desarrollo económico y social de la nación para garantizar coherencia entre los 5338 circuitos y comunas registrados en el país. Esto les permite aportar activamente a la dinámica de transformación territorial. Por eso, cuando hablamos de economía, debemos entenderla no solo como lo que se percibe por ir a trabajar, sino como la forma en que organizamos la vida”, aseguró.
Hernández Rada afirmó, que desde la comuna, la economía se plantea en función de lo colectivo, del territorio y de las relaciones comunitarias que la sostienen. Desde este punto de vista, cada unidad productiva no solo debe garantizar su autosostenibilidad, sino también contribuir al bienestar del entorno.

No solo números
Durante su participación en el programa “En clave comunal”, moderado por la periodista Nerliny Carucí, el economista Andy Hernández Rada subrayó que, aunque los números son importantes para medir el impacto económico, no deben ser el único criterio de evaluación. La transformación económica debe considerar las familias detrás de las cifras.
“El modelo que impulsamos desde aquí no se mide solo en números, aunque estos son necesarios. No digo que no debamos tenerlos, pues debemos conocer el valor de lo que producimos hasta encontrar una forma de medición más efectiva. Por ahora, este es el método que tenemos, y debemos lograr que los valores que generamos aumenten progresivamente para distribuir el bienestar y el esfuerzo colectivo invertido en la producción de bienes. Esto debe impactar directamente en la dinámica de transformación territorial, porque necesitamos generar referencias: sin ellas, difícilmente el modelo podrá retroalimentarse”, argumentó.
Destacó la necesidad de redefinir la forma en que se miden las condiciones de vida y el desarrollo económico, alejándose de los marcos tradicionales impuestos por el sistema colonial/capitalista. Según el vocero comunal, los indicadores no deben centrarse únicamente en la acumulación de bienes y servicios individuales, sino en la capacidad de la comunidad para garantizar el bienestar colectivo.
Rompiendo el individualismo
Andy Hernández Rada profundizó en el concepto de economía para la vida, cuestionando la noción de “desarrollo” basada en el desplazamiento territorial y la acumulación individual. Según el caraqueño, el modelo colonial ha inculcado la idea de que mejorar implica abandonar el lugar de origen, perpetuando una lógica de desarraigo, ir tras el horizonte del “progreso”.
“Lo primero es comprender que, en esencia, no se trata de individualismo, sino de romper el mito de que solo tú puedes salvarte. Nosotros habitamos una sola casa: el planeta Tierra. Sin embargo, algunos expertos buscan cambiar de hogar. El modelo de desarrollo que nos han inculcado, profundamente arraigado en una mentalidad colonial, nos hace creer que solo podemos prosperar si nos desarraigamos de nuestro espacio. Por ejemplo, si vivo en El Valle, parece que debo mudarme a Santa Mónica para progresar. Si vivo en Santa Mónica, entonces debo trasladarme a Las Mercedes. Y, si estoy en Las Mercedes, debo ir a Miami. Así, sucesivamente, el modelo nos impone la idea de que mejorar significa abandonar. Nunca se plantea que el desarrollo puede lograrse en conjunto con el lugar en el que vivimos, ni cuando termina el desarrollo. Esa es precisamente la diferencia con la economía para la vida: un sistema en el que asumimos la corresponsabilidad del desarrollo y lo construimos desde nuestras propias comunidades”, apuntó.
Para Hernández Rada, maestrante en Planificación Integral del Ambiente, la economía no debe ser vista como un sistema complejo reservado para expertos, sino como una herramienta que responde a necesidades concretas. Empero, en el modelo moderno las prioridades han cambiado: en lugar de centrarse en la reproducción de la vida, se han creado necesidades y satisfactores artificiales que alimentan la acumulación de riqueza para unos pocos.
“Lo que busca el capital es reproducir la riqueza solo para unos pocos. Este proceso ocurre en ambos lados: por un lado, la riqueza se reproduce y se acumula, mientras que, por el otro, la pobreza también se multiplica y se perpetúa. En definitiva, es la misma moneda con dos caras”, explicó.
Manifestó que la economía para la vida debe enfocarse en asegurar derechos fundamentales para todos, incluyendo el acceso a la recreación, vivienda, salud, educación y creatividad; pero también el reconocimiento de la sacralidad de la madre tierra.

Venezuela y el modelo económico global
Sobre la compleja relación de Venezuela con el sistema económico global, Andy Hernández Rada expresó que el país no solo es un actor dentro de este sistema, sino que representa uno de sus recursos más valiosos, lo que genera una constante tensión geopolítica alrededor de su modelo de desarrollo.
Subrayó que Venezuela, como nación petrolera, tiene una posición estratégica dentro de la dinámica económica global. El economista caraqueño refirió que en los próximos años, solo unas pocas naciones seguirán siendo grandes productoras de petróleo, lo que refuerza la importancia de alianzas internacionales para definir un rumbo distinto en el desarrollo económico.
“Por eso, es necesario establecer alianzas, porque este modelo debe coexistir hasta que se produzca una transformación que impacte globalmente en el cambio necesario. También es fundamental comprender que no estamos aislados del mundo. No solo eso, sino que somos la fuerza vital de la industria mundial, incluso en medio de la crisis que enfrentamos. ¡Esa es la gran contradicción! Por esta razón, Venezuela es crucial. Por ello está en la agenda de los países industriales y es importante señalarlo”, acentúo.
De acuerdo con Hernández Rada, el modelo capitalista convierte todo en mercancía, reduciendo el valor de las personas a su capacidad de acumulación económica. Citando a Fidel Castro, destacó la necesidad de no dejarnos guiar solo por la lógica del capital, donde la riqueza define el valor individual bajo el principio de “dime cuánto tienes y te diré cuánto vales”.
En oposición a esta idea, planteó que el verdadero valor radica en el aporte a la transformación de las relaciones sociales, tanto a nivel local como regional. “Ahí están, por ejemplo, el ALBA-TCP y, en su momento, Petrocaribe, cuya influencia fue clave para los pueblos del Caribe. Estas iniciativas pueden sentar las bases de una estrategia de desarrollo que articule la Séptima Transformación con la construcción de una economía diferente, centrada en la vida”, indicó.
Hernández Rada enfatizó que la tensión entre Venezuela y el sistema capitalista es inevitable hasta que se logre consolidar una alianza global capaz de trastocar los cimientos de la economía actual. Con base en el pensamiento de István Mészáros, alegó que el metabolismo social del capital envuelve todas las estructuras económicas, convirtiéndolo en un modelo difícil de sustituir sin una acción coordinada a nivel internacional.
Por ello, señaló que Venezuela debe librar una batalla por conmover al pueblo y a sus aliados en América Latina sobre la necesidad de construir otra forma para el desarrollo de la vida.
La Comuna como medio de transformación económica
En su reflexión, Andy Hernández Rada reconoció la dependencia histórica de Venezuela en la renta petrolera y la necesidad de romper con este modelo como parte de la Primera Gran Transformación establecida en el Plan de la Patria.
Admitió que los avances en esta ruptura han sido limitados, dado que la capacidad de financiamiento del país sigue atada a la venta de petróleo en el mercado internacional.
“Hemos avanzado muy poco, y es importante reconocerlo. Cuando logramos obtener una licencia para la venta de petróleo, aumenta nuestra capacidad de financiar nuestro propio proceso, y eso también debe decirse. Estamos en una batalla constante, pero con plena conciencia de que debemos producir bienes y servicios con sello venezolano, con identidad local. Es esencial fomentar la producción en el ámbito local y garantizar lo mínimo indispensable para la soberanía alimentaria y el ámbito industrial”, expresó.
En este sentido, sostuvo que las comunas no pueden centrarse solo en la administración de proyectos pequeños, sino que deben involucrarse en la discusión de temas macro.
“La Comuna no puede limitarse únicamente a la discusión de pequeños proyectos, como la ambulancia o la acera, aunque estos sean importantes porque representan un ejercicio de gobierno. Esto es aún más relevante en contextos de agresión imperial. Sin embargo, debemos avanzar en la visión que planteaba el comandante Chávez: lograr la vinculación entre lo local, lo nacional y lo internacional”, recordó.
Detalló que este enfoque permitiría a las comunas formar cuadros técnicos que contribuyan al desarrollo económico del país desde la base.
“No podemos quedarnos como simples administradores de proyectos, dependiendo únicamente del esfuerzo del Estado y del gobierno para que los recursos lleguen y se articulen soluciones en los territorios. Debemos comprender que la Comuna tiene el derecho de participar en la discusión sobre el petróleo como fuente de financiamiento para el progreso social, pero también sobre la industria en general, la forma en que nos vinculamos. Al final, el objetivo es formar personal técnico que contribuya no solo al desarrollo de la comuna, sino también al ámbito nacional. Y esto solo será posible si mantenemos el ejercicio de gestión activa y, sobre todo, si entendemos que no somos meros administradores o gestores de un territorio en particular, sino actores fundamentales en la transformación de toda una nación”, aseveró.

Producción colectiva en las comunas
Andy Hernández Rada destacó la importancia de la soberanía alimentaria dentro de la transformación económica y resaltó la necesidad de conjugar saberes ancestrales, buenas prácticas agrícolas y avances científicos.
Según explicó el parlamentario de la Comuna Socialista 5 de Marzo “Comandante Eterno”, este proceso no solo implica recuperar el conocimiento tradicional, sino también sistematizarlo, un aspecto que ha sido monopolizado por la ciencia moderna en su versión hegemónica.
Hernández Rada ilustró esta idea con la medicina occidental, que extrae los beneficios de las plantas medicinales de la naturaleza para sintetizarlas, convertirlas en pastillas y luego distribuirlas y venderlas en farmacias, transformándolas en un negocio.
Más allá del conocimiento, enfatizó que la clave del proceso es cómo se produce y cómo se organiza la Comuna, destacando formas colectivas de administración como las unidades productivas familiares, empresas de propiedad social y cooperativas.
“Estas son formas, son nombres, pero, al final, ¿cuál es su verdadera esencia? La clave está en que representan modelos colectivos de administración de recursos que no solo preservan y sostienen, sino que también permiten distribuir la riqueza de manera más equitativa. Sin embargo, todo esto requiere medición; de lo contrario, el efecto podría ser el opuesto”, declaró.
Enfatizó la importancia de integrar lo cualitativo y lo cuantitativo dentro de la planificación y el desarrollo comunal. Explicó que, si bien la construcción de un modelo territorial basado en la comunidad es fundamental, no debe excluir el análisis de consumo energético y otros factores medibles que impactan la organización del territorio.
“Lo que me parece fundamental, y en lo que debemos hacer hincapié, es en la creación, práctica y ejecución de la unidad entre el sujeto y el territorio. Esto no significa que desconozcamos cuánta energía consumimos”, dijo Hernández Rada.
Al abordar la pregunta de Ángel González, de la Comuna Socialista Comandante Supremo, sobre ¿cómo podemos desarrollar un músculo productivo comunal considerando que, en este momento, la prioridad es crear o mejorar los servicios públicos que deberían ser prioridad para el Estado constituido?, Hernández Rada subrayó que los servicios también se producen.
“¡Fíjate!, los servicios también forman parte de la producción. Por ejemplo, garantizar la limpieza de un espacio tiene un costo. Si limitamos lo productivo únicamente al ámbito alimentario, la perspectiva se vuelve mucho más compleja. En realidad, se generan múltiples servicios, tanto públicos como privados. Una asesoría, una formación o la educación son servicios fundamentales, y sostener al profesor es parte de ese proceso productivo. Lo importante es no perder el horizonte de la construcción del socialismo comunitario”, respondió Hernández Rada.
Hacia una nueva arquitectura financiera comunal
Durante la conversa con la periodista Nerliny Carucí y ante las preguntas de los radioyentes, el parlamentario comunal Andy Hernández Rada destacó que el debate sobre la moneda comunal debe trascender la mera implementación de un medio de intercambio y enfocarse en el diseño de una arquitectura financiera integral.
Desde su perspectiva, esto implica crear nuevos esquemas de préstamo, banca, seguros y mecanismos de financiamiento comunal. “Considero que esto es sumamente importante para garantizar una distribución de los esfuerzos que se hacen en el territorio”, aseguró.
Frente a la pregunta sobre si las comunas deben desarrollar un sistema financiero propio o adaptarse a la banca tradicional, respondió que “existe una tensión, pues estamos en un proceso de transición y debemos aprovechar los recursos disponibles. Las finanzas públicas administran un dinero que pertenece a todos los trabajadores de Venezuela, sin importar si está en un banco privado o en una entidad pública. Ese dinero no es propiedad de los dueños de los bancos, aunque ellos crean que sí. Es el patrimonio de los trabajadores, y debemos asegurarnos de que se utilice para el bienestar colectivo”, aclaró.

Autogestión y transformación del Estado desde las comunas
El comunero Andy Hernández Rada enfatizó que la asignación de presupuestos a los 5338 circuitos comunales no representa, por sí misma, una transformación del modelo estatal. Explicó que, si bien gestionar recursos de manera participativa es un avance, esto no implica un cambio estructural en el sistema económico y social vigente.
“La asignación presupuestaria no escapa a la lógica del Estado burgués, y debemos ser conscientes de ello. Por eso, tomar 10 000 dólares y gastarlos únicamente para resolver un problema no significa que estemos construyendo socialismo, sino que estamos gestionando un recurso de manera participativa”, explicó.
Para Hernández Rada, el verdadero socialismo comunal no se limita a recibir fondos estatales y administrarlos, sino que debe generar modos de producción autónomos dentro del territorio. Esto implica la creación de empresas de propiedad social, donde los trabajadores de la Comuna resuelvan problemas locales, a través de su propio esfuerzo productivo.
“Por un lado, tienes la autogestión, y el verdadero objetivo es transformar por completo la dinámica de gestión de los recursos. No somos un gobierno de cuarto nivel; Chávez no impulsó una revolución para simplemente cambiar el nombre de las parroquias por circuitos comunales o comunas. Es fundamental que incorporemos esta reflexión en nuestra manera de analizar lo que sucede actualmente”, exhortó.
Para culminar su participación en el programa “En clave comunal”, Andy Hernández Rada, vocero y parlamentario de la Comuna Socialista 5 de Marzo “Comandante Eterno”, compartió un mensaje claro: “La única manera de superar la crisis que enfrentamos es seguir formándonos, aprendiendo, haciendo, reflexionando, escribiendo y sistematizando. No existe otra vía: ¡no hay fórmulas mágicas ni recetas!”, finalizó.
Redacción: José Tomedes Gutiérrez