Comunera caraqueña: El espíritu comunitario nace en el encuentro con “el otro”

Caracas, 23 de abril de 2025 (Prensa Mincomunas).- “Vivir en comuna significa encontrar lo que nos une, más allá de nuestras diferencias”. Así lo reflexionó María Eugenia Inojosa, integrante del Consejo Comunal Ceiba Bicentenaria, ubicado en el sector Santa Mónica, parroquia San Pedro, en Caracas.

María Eugenia Inojosa es poeta y licenciada en Letras, así como en Estudios Políticos Administrativos. Actualmente, se desempeña como directora general para la Participación de la Cultura Productiva en el Ministerio del Poder Popular para la Cultura.

Durante una conversa con la periodista Nerliny Carucí, en el programa “En clave comunal”, ella comentó que este consejo, integrante del Circuito Comunal Ecológico Las Guacamayas, es un pilar de identidad y organización para la comunidad. Según Inojosa, “vivir en comuna significa construir juntos y compartir las soluciones a los problemas comunes, fortaleciendo la cooperación y el sentido de comunidad”.

El segundo invitado del programa radial, Alberto Horacio Requena, es un bibliotecólogo jubilado de la Universidad Central de Venezuela, quien lleva más de 40 años viviendo en Santa Mónica Alta, lo que le otorga una perspectiva sobre los cambios en la organización comunitaria en este sector caraqueño.

Contó que, desde su jubilación, decidió canalizar su experiencia hacia el trabajo comunitario y asumió el rol de vocero de la Unidad de Contraloría Social del Consejo Comunal Ceiba Bicentenaria, con el propósito de contribuir al bienestar de la comunidad.

Horacio Requena destacó un cambio significativo en la dinámica comunitaria a lo largo de los años. Recordó que, en las décadas de los 80 y 90, el individualismo predominaba, dificultando la unión para resolver problemas comunes. Sin embargo, durante el período revolucionario, el territorio ha marcado un giro hacia la colectividad. La unión de los miembros de la comunidad ha permitido la ejecución de proyectos para mejorar servicios y condiciones de vida.

Comunalización del territorio

María Eugenia Inojosa, integrante del Consejo Comunal Ceiba Bicentenaria, afirmó que la ciudad moderna está diseñada para fomentar el aislamiento y el individualismo. Para ella, el primer paso para construir un territorio comunal es romper con el encierro, salir al encuentro del otro y asumir que los problemas individuales son, en realidad, problemas colectivos. “Lo que afecta a uno, afecta a todos”, una idea que ha guiado la dinámica comunitaria en San Pedro.

Relató que, entre los años 2017 y 2022, Inojosa lideró un proceso de formación en la parroquia San Pedro, recorriendo diversas comunidades y observando cómo las personas no solo se organizan a partir de los problemas, sino también desde el disfrute y el ejercicio de la identidad. Afirmó que actividades culturales, como la celebración de la Cruz de Mayo, han sido instrumentos de unidad y encuentro para la comunidad. En estas celebraciones, el intercambio de saberes y tradiciones familiares es una muestra de cómo las raíces culturales enriquecen el tejido comunitario.

Redefinir la relación humanos-madre tierra

María Eugenia Inojosa destacó la importancia de redefinir nuestra relación con la naturaleza no humana, comenzando por reconocernos como parte integral de ella. “No somos distintos a los árboles, a los animales ni a otros seres vivos, sean cuadrúpedos, bípedos o incluso insectos”, expresó.

La comunera caraqueña enfatizó, por ejemplo, el papel crucial de los insectos, como las abejas, en la polinización, una acción esencial para la generación de frutos y flores que alimentan a la humanidad. Esta interdependencia entre los seres vivos refleja la importancia de vivir con conciencia ecológica, promoviendo la preservación y el cuidado de la madre tierra.

“Hay quienes viven con la intención de destruir la naturaleza, pero nosotros creemos en avanzar, trabajar y centrarnos en cómo preservarla, cuidarla y enaltecerla, porque protegerla es proteger la vida misma. En la Ceiba Bicentenaria, nuestro consejo comunal, profundamente ecológico, estamos comprometidos con la defensa de los árboles. Como señala nuestra compañera Maigualida Barrera, cuando los árboles están más frondosos, nos brindan más sombra, más oxígeno y favorecen una vida y una convivencia sana. Además, absorben el ruido y el monóxido de carbono, un beneficio del que poco se habla, pero que es fundamental”, argumentó.

Sin embargo, la poeta señaló cómo el modelo urbano moderno ha relegado a la naturaleza no humana, provocando conflictos como el deterioro de aceras y tuberías. Para ella, el problema no radica en los árboles, sino en la ciudad moderna que los confinó.

“Se dice que hay que talar los árboles porque levantan las aceras, invaden las tuberías y generan problemas. Pero el verdadero problema no son los árboles, sino la decisión de imponer un modelo de ciudad moderna en espacios que originalmente les pertenecían. La modernidad, con más de 500 años de historia, ha desplazado la naturaleza [no humana] sin considerar su importancia. Por ello, es necesario avanzar hacia otras formas de territorialidad, donde los árboles tengan su lugar y las personas puedan disfrutar de espacios adecuados para caminar y convivir”, apostó.

Creatividad comunal

María Eugenia Inojosa, incansable promotora de la vida comunal en Santa Mónica, recalcó que vivir en comuna es un ejercicio constante y un reto, especialmente en un entorno urbano donde el individualismo ha echado raíces profundas.

Declaró que convocar a la comunidad requiere creatividad, y el Consejo Comunal Ceiba Bicentenaria ha encontrado en las actividades culturales y recreativas una manera efectiva de unir a las personas.

Platicó que un ejemplo emblemático fue el encuentro realizado el uno de marzo para dar la bienvenida al Carnaval, dirigido a los niños de la comunidad. En esa ocasión, con la participación de Comunicalle, se presentó una actividad que exhibió las tradiciones de Carnaval de diversas regiones de Venezuela, en un formato que Inojosa describió como una “revista” cultural. Además, se incluyeron espacios de cuentacuentos y juguetes tradicionales elaborados en madera por un artesano local.

Aseguró que estas iniciativas entusiasmaron tanto a los niños como a los adultos, lo que demostró que siempre existen motivos y formas de convocar a la comunidad.

Respecto a los espacios de encuentro, la líder comunitaria indicó que los parques locales son puntos clave para estas actividades, y aunque suelen estar ocupados por personas haciendo ejercicio o niños jugando, el consejo comunal logra integrarlos como centros de participación comunitaria. Además, el Comité de Trabajo de Comunicación y Medios Alternativos, integrado por Helena Salcedo y Ramón Blasco Guameño, publica La Hoja de la Ceiba, un órgano informativo que sirve para organizar, sistematizar y difundir las actividades de la comunidad.

La construcción desde la diversidad

Alberto Horacio Requena, bibliotecólogo comprometido con el bienestar comunitario en Santa Mónica, manifestó que el ejercicio de debate, formación y lectura en la comunidad es parte esencial del trabajo de descolonización, un proceso que busca rescatar la voz de la comunidad y revalorizar su historia.

La idea, según él, es que “el pueblo cuente su historia”, ya que esta práctica fortalece la participación comunitaria y permite el desarrollo de actividades que respondan a las verdaderas necesidades del territorio.

En cuanto a la diversidad de pensamientos dentro de la comunidad, el comunero caraqueño apuntó que los intereses comunes son la clave para superar las diferencias. Aunque algunos miembros no compartan el sentimiento revolucionario o las actividades políticas, todos pueden coincidir en el interés de dignificar las condiciones de vida en el territorio. Este punto de encuentro, insistió, permite desarrollar actividades conjuntas que beneficien a toda la comunidad, lo que demuestra que la construcción comunal se enriquece en la diversidad.

La comunidad como construcción diaria

María Eugenia Inojosa describió la convocatoria a la comunidad como un músculo que se desarrolla con el tiempo y la práctica. Reiteró que este proceso requiere creatividad y persistencia, especialmente en un contexto donde algunos sectores de la comunidad son reacios a participar en lo colectivo.

“Reflexionamos sobre la idea de que la convocatoria a la comunidad es como un músculo que debe ejercitarse. Es un debate constante dentro del consejo comunal: ¿la comunidad es solo una abstracción, una entelequia, o es aquella que se acerca, que se siente convocada y que se organiza? Lo mismo ocurre con los conceptos de masa y pueblo. La masa es algo amorfo, sin identidad definida, mientras que el pueblo representa comunidad, valores y principios compartidos”, explicó.

Reconoció que, aunque hay quienes no se identifican con el Proyecto Nacional Simón Bolívar, el amor por Venezuela es un punto de encuentro.

La mística de la comuna

Para María Eugenia Inojosa, vocera del Consejo Comunal Ceiba Bicentenaria, no basta convencer, sino conmover y movilizar a las personas a través de iniciativas que les permitan verse y reconocerse en su hacer, transformando el sentido individualista en un espíritu comunitario.

Aseveró, por ejemplo, que los sancochos comunitarios han sido momentos emblemáticos de encuentro, donde las personas de distintas zonas, como Bello Monte, Los Chaguaramos y Urbanismo Mandela, se reúnen para compartir alimentos y experiencias bajo el árbol de la Ceiba Bicentenaria. Estas actividades no solo alimentan físicamente, sino también espiritualmente, fortaleciendo los lazos que unen a la comunidad.

Para la reflexión

La caraqueña María Eugenia Inojosa recordó el espíritu comunitario que se vivió, entre 2009 y 2010, durante la campaña “Todas las manos a la siembra”, liderada por el presidente Hugo Chávez. En esa época, las personas sembraban en jardineras y balcones, cultivando rubros de ciclo corto como pepinos, berenjenas y zanahorias. Para ella, este ejemplo de autoabastecimiento y conexión con la tierra debe ser recuperado.

En cuanto al agua, la comunera dice la importancia de implementar sistemas de captación de lluvia. Reconoce que esto es una deuda pendiente no solo para el consejo comunal, sino a nivel nacional; también resalta la necesidad de un plan integral para preservar y almacenar agua en tiempos de sequía.

Proyectos socioproductivos y consulta popular nacional

Para finalizar, María Eugenia Inojosa reiteró el trabajo realizado en el territorio para promover proyectos socioproductivos y fortalecer el proceso de consulta popular en la parroquia San Pedro. Dijo que, a pesar de ser un territorio urbanizado, se han logrado articular iniciativas agrourbanas en colaboración con el quilombo, un espacio donde se desarrollan proyectos de cría y siembra. Este vínculo, representado por los maestros pueblos Jesús Durán y Betina Cafroni, ejemplifica el esfuerzo por integrar prácticas ecológicas en el entorno urbano.

La comunera comentó que, a través de reuniones y asambleas circuitales, en el territorio se debatieron proyectos comunitarios que responden a las necesidades locales. En total, se seleccionaron siete iniciativas que serán sometidas a evaluación en la consulta popular nacional del domingo 27 de abril de 2025.

Redacción: José Tomedes Gutiérrez

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