Guerra imperial contra Venezuela busca romper identidad política comunitaria

Caracas, 8 de agosto de 2024 (Prensa Mincomunas). Ante el más reciente escenario de conflictividad presentado en el país luego de las elecciones presidenciales de 2024, Ovilia Suárez, experta en psicología social, se refirió a las operaciones psicológicas contra Venezuela.

“Venezuela enfrenta un escenario de conflictividad que se ha desarrollado a lo largo de muchos años. Hemos vivido situaciones que afectan nuestro equilibrio personal, familiar, comunitario y social. Este proceso no ocurre de la noche a la mañana; es una construcción gradual que se manifiesta con el tiempo y está orientada hacia metas y objetivos. Por esta razón, hablamos de operaciones psicológicas”, expresó Ovilia Suárez, durante su participación del programa “En clave comunal”, transmitido por Radio Nacional de Venezuela (RNV).

Ovilia Suárez subrayó que las operaciones psicológicas se relacionan con la psicopolítica, como lo planteó el filósofo surcoreano Byung-Chul Han. “Cuando hablamos de psicopolítica, nos referimos a un conjunto de operaciones y estrategias que buscan influir en las actitudes, emociones, pensamientos y comportamientos de la población. Estas estrategias, a menudo, basadas en la seducción y el manejo de la psicología colectiva, tienen como objetivo lograr acciones específicas para alcanzar metas determinadas. La guerra psicológica, presente desde hace décadas en la historia de la sociedad, sobre todo la occidental, utiliza la propaganda y otras acciones para afectar directamente la psiquis”, explicó la investigadora en el Colectivo de Psicólogos y Psicólogas por el Socialismo.

Guerra cognitiva

Sin embargo, Ovilia Suárez apuntó que la evolución tecnológica ha profundizado esta guerra. “Con los avances tecnológicos y descubrimientos actuales, estamos más allá de la guerra psicológica: ahora también hablamos de guerra cognitiva. Es decir: va más allá de las emociones, sentimientos y pensamientos, llegando directamente al aparato psíquico. Por eso, en esta última jornada, Venezuela ha enfrentado eventos de violencia y desequilibrios con acciones más intensas y manifestaciones de sentimientos más fuertes, con más saña”, destacó.

“Pareciera que estamos en un momento de mucha emocionalidad, sin un razonamiento claro. Desde el colectivo de psicólogos y psicólogas hemos planteado que en Venezuela estamos enfrentando dificultades para establecer criterios de objetividad, además tenemos una merma en la capacidad de reflexión. Asimismo, observamos una rigidez cognitiva muy elevada, donde las personas se aferran a sus creencias sin considerar otros puntos de vista. Desde el punto de vista emocional, también vemos que las emociones están a flor de piel, casi llegando al límite. Ante cualquier cosita, saltan con una intensidad que va más allá de lo que consideraríamos ‘normal’ y pueden desencadenar confrontaciones”, comentó la experta venezolana.

Campo minado

La magíster en Psicología en Desarrollo Humano, señaló que Venezuela vive en un contexto de conflictividad y manipulación psicológica que puede sentirse como caminar en un campo minado. “Aunque creemos sentirnos seguros en espacios comunitarios y familiares, resulta que existen bombas que, al ser detonadas, van a herir a la esencia más importante del desarrollo del ser humano y por eso es el impacto tan grande que llega a tener. Debemos ser cautelosos y estar alerta, pero también mantener la calma. Como en un campo minado, debemos estudiar cada paso, ser coherentes y tranquilos para evitar conflictos o ser alcanzados por detonaciones. Estoy usando ejemplos un poco fuertes, pero quizás eso es exactamente lo que estamos viviendo, por eso las confrontaciones que más nos duelen son aquellas en las que tenemos vínculos mucho más firmes y muchos más profundos”, acentuó.

Pensamiento dominado, felicidad y consumo

La investigadora venezolana Ovilia Suárez aclaró que las operaciones psicológicas han estado presentes en Venezuela de manera sistemática y estructurada durante bastante tiempo. Dijo que, sin darnos cuenta, venimos de un pensamiento dominado, de un sistema de creencias que moldea nuestros valores desde el punto de vista de la individualidad. La sociedad capitalista y de consumo, junto con la modernidad, han contribuido a moldear este pensamiento.

Describió que la idea de que la felicidad dependa de la acumulación de objetos materiales es un ejemplo claro de cómo el capitalismo moldea nuestras creencias y valores. La sociedad de consumo nos enseña que la posesión de bienes materiales es un indicador de “éxito” y “felicidad”. “Cuando el capitalismo se instaura, nos va enseñando que la sociedad ideal, que la sociedad que queremos construir es esa. Sin embargo, cualquier otro pensamiento que diga que eso no está bien, ya comienza una duda, una confusión, y una gran resistencia”.

Redes sociales digitales, miedo y repetición de escenarios

Ovilia Suárez afirmó que la condición global, a través de la globalización, la transculturación y los avances tecnológicos y científicos, influyen en nuestra percepción. “La película que vimos en Venezuela en 2002, repetida en 2017 y con sutilezas simbólicas en 2019, ahora se presenta en 2024 con mayor sofisticación tecnológica, con un mejor guion. La inteligencia artificial amplifica nuestra creencia en lo que queremos ver, especialmente a través de las redes sociales digitales”.

Ovilia Suárez citó al psicólogo venezolano Fernando Giuliani, quien compara la situación actual del país con un cóctel. “Imagina esta película como un cóctel. Sus ingredientes son diversos: efectos especiales más impactantes, nuevos actores, nuevas actrices y espectadores que esperan un desenlace diferente. La acumulación de transformaciones y emociones se intensifican”, resaltó.

Recordó que en 1999, el comandante Hugo Chávez habló de una transformación política. En ese momento, las operaciones psicológicas actuaron para generar miedo y resistencia. “Las personas tenían miedo porque se les vendía la película de que iban a perder sus bienes materiales, aunque en realidad nunca los perdieron. Estos bienes les proporcionaban una identidad ficticia”.

Suárez aseguró que el proyecto político comunal legado por Hugo Chávez fortalece la identidad verdadera y rompe con la identidad ficticia. Sin embargo, uno de los objetivos de la hegemonía imperial es romper esa identidad que se vincula con la vida. “Para lograrlo, se utilizan operaciones psicológicas con el propósito de generar dudas, odio, miedo”.

En este aspecto, las redes sociales digitales desempeñan un papel crucial en las operaciones psicológicas, en la difusión de rumores, noticias falsas e imágenes manipuladas y fuera de contexto. “Las redes sociales digitales me parecen sumamente peligrosas en ese sentido, porque estas redes, de alguna u otra manera, sirven para atacar permanentemente la construcción de una nueva subjetividad que aspiramos para construir un mundo nuevo, un mundo otro”, alertó Ovilia Suárez, psicóloga venezolana.

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