Caracas, 9 de febrero de 2024 (Prensa Mincomunas).- El Movimiento Agroecológico Siembra Los Jardines de El Valle, en Caracas, es una organización comunitaria venezolana que surgió en medio de la pandemia de covid-19 y del bloqueo imperial, y que busca demostrar que, en medio de la adversidad, con formación, organización y planificación popular, se puede disputar la ciudad para construir soberanía alimentaria.
Quien así afirma es Lewis Allen, vocero de la Unidad de Contraloría del Consejo Comunal de las Residencias de la Fuerza Armada (Resifac), responsable de Formación Ideológica dentro de la estructura del CLAP en este urbanismo; y, por la Unidad de Batalla Hugo Chávez (UBCH) Maestra Judith Liendo, vocero principal del Movimiento Agroecológico Siembra Los Jardines de El Valle.
El líder comunitario señala que, en este sector, se estima la existencia de entre 1200 y 1300 personas, congregadas en 359 familias, que hacen vida en 11 consejos comunales: Araguaney, Bloque 17-Fetratel, Bloque 18-Carabobo, Unep, CTV, Capanaparo, María Luisa, Yurubí, Versalles, Tricolor y Residencias de la Guardia. Describe el paisaje presente como una zona totalmente urbana ―ellos residen en la parte baja, donde tienen un espacio experimental, una pequeña “isla verde”, detrás de la estación del Metro de los Jardines de El Valle, acercándose hacia la autopista, en lindero con el Fuerte Tiuna―.
El Movimiento Siembra utiliza un terreno ―de aproximadamente 400 metros cuadrados―, recuperado de un antiguo basurero, el cual, actualmente, constituye un área para la investigación, la experimentación, el ensemillamiento de maíz y la siembra de algunos cultivos como café, plátano, cambures, lechosa, aguacate, y algunas especies maderables como las acacias y el bucare.
Allen informa que la principal actividad del movimiento es impulsar el conocimiento agroecológico mediante la investigación, especialmente en el área de la producción urbana. En la zona está presente una serie de escuelas y liceos, en donde buscan fortalecer el plan Manos a la Siembra ―especialmente con los niños, las niñas y con los jóvenes que cursan estudios de Trabajo Social―, tratando de recuperar algunos espacios para hacerlos productivos e implementar El Vaso de Fororo Escolar en una de las escuelas de la zona, la José de la Cruz Carrillo, como proyecto piloto, para ampliarlo, posteriormente, a mujeres embarazadas, personas mayores y/o con alguna vulnerabilidad.
Este vocero ―quien también forma parte del equipo del programa de formación en Agroalimentación de la Universidad Bolivariana de los Trabajadores Jesús Rivero; y es secretario agrourbano de la parroquia El Valle para el Gran Congreso de Campesinos, Campesinas, Pescadores, Pescadores, Productores y Productoras de Venezuela, al que convocó el presidente Maduro― añade que, en los espacios productivos de los que disponen, se encuentran varios emprendimientos comunitarios: panaderías populares, fábricas de productos de limpieza, y existen algunas actividades socioproductivas vinculadas con lo agroalimentario, incluyendo cultivos organopónicos.
“El terreno rescatado lo consideran apto para el ensemillamiento de maíz del tipo Guanape ―semilla venezolana, autóctona, netamente orgánica, traída del estado Anzoátegui, por el maestro pueblo y productor indígena Pablo Characo, quien cargó un saco a cuestas por el país y dejó allí un kilogramo de esta simiente―, la cual comenzaron a reproducir en El Valle y, básicamente, allí, son sus custodios y es el vértice principal de investigación: “Estamos rescatando y certificando una semilla originaria, netamente orgánica y fortalecida con el método de fitomejoramiento participativo, que ofrece más de 3 y 4 mazorcas por planta, y tenemos el 99 % de certificación por cada semilla”, señala Lewis Allen.
Sobre esta labor de ensemillamiento, Maritza Medina, vocera de Alimentación de uno de los consejos comunales de la zona, y vocera de información del Movimiento Agroecológico Siembra Los Jardines de El Valle, integrante del equipo de estudios de la Universidad Bolivariana de los Trabajadores, indica que el maíz “Characo” o Guanape es una semilla criolla, que es tratada de forma agroecológica, con fertilizantes orgánicos, como son el compost y el humus de lombriz y, a la vez, con biocontroladores.
“Esta es una semilla tratada de la forma más amistosa para mantener el equilibrio del ecosistema donde se siembra. Con ello, además de la obtención de semilla, estamos garantizando la salud, además que, con esta forma de siembra, estamos contribuyendo a la independencia económica, la salud, la biodiversidad, el equilibrio de la Tierra y agruparnos alrededor de un producto que es clave, importantísimo para los venezolanos, como es el maíz. Alrededor de la semilla, nos reunimos, no solo con una actividad productiva, sino que formamos comuna, formamos grupo, hermandad, solidaridad, y esta es la forma más cercana a lo que se denomina vivir en comuna: vivir no aislados unos de los otros, sino en comunión, en comuna”, detalla la comunera Maritza Medina.
El compartir de conocimientos como prioridad
De acuerdo con Lewis Allen, el Movimiento Agroecológico Los Jardines de El Valle está trabajando en un diplomado para la cría de especies menores en espacios urbanos, como los porcinos, porque en Caracas han apreciado la cría de pollos, gallinas, conejos, codornices; pero no se ha fortalecido el tema de la reproducción de cochinos. Se ha observado la cría de estos, por ejemplo, en la parroquia El Paraíso; se está buscando su impulso con un tipo de alimentos y con un método que se llama de cama profunda. El objetivo es la producción de proteína animal para las comunidades.
Agrega que no se practica la comercialización de estos conocimientos ni productos, no piden nada a cambio; sino que, simplemente, quieren que el poder popular se (re)apropie del conocimiento agroecológico y que las familias busquen fortalecer esa producción, en comuna.
De igual modo, buscan compartir los conocimientos adquiridos en el curso de Agroecología Básica obtenido en la Universidad Simón Rodríguez y ponerlos a dialogar con otros conocimientos, porque, “en este movimiento, participan algunos conuqueros populares, maestros pueblo quienes tienen años desarrollando esa experiencia productiva, sobre la base de saberes ancestrales”.
“Estamos haciendo manuales, diplomados, talleres de agricultura urbana, agroecología, estudio de suelos, rotación de cultivos, producción y reproducción de semillas; todas estas cosas estamos tratando de activarlas con las comunidades para que se multipliquen. Hemos conseguido algún apoyo de los laboratorios de Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), y algo de materiales y herramientas de la Fundación Capacitación e Innovación para Apoyar la Revolución Agrícola (Ciara)… ahí vamos, poco a poco”, menciona.
Para la producción agrícola, esta organización comunitaria utiliza las herramientas tradicionales de esta actividad, como la pala, el pico, la escardilla y la chícora, y han elaborado otras alternativas con piezas recicladas de vehículos; por ejemplo, con una ballesta de un camión en desuso crearon un pico, también han diseñado una trilladora y han experimentado con el manejo de molinos.
“Del terreno recuperado, se han cosechado café, lechugas, berenjenas, semerucos, maíz; con estos alimentos, se hace una pequeña feria solidaria, a muy bajos precios para la misma comunidad. El maíz también lo tostamos y molemos, y se prepara fororo para darlo a una escuela piloto de la zona, que es la José de la Cruz Carrillo. Esta es una de nuestras escuelas, donde empezamos el semillero de pequeños productores: los chicos, niños y niñas, aunque detrás de ellos hay toda una familia, y el niño va a llevar ese conocimiento y la familia lo va a ayudar con su tarea. Es muy importante incentivar esa escuela de familia, en cuanto a lo productivo-agrícola”, precisa Allen.
El debate, la mediación y la resolución de conflictos
En cuanto a sus relaciones con otros movimientos, comunas y el sector público, el vocero sostiene: “Somos un movimiento grande, con muchos contactos con los productores a nivel de Caracas y participamos en el congreso de productores promovido por el Presidente, estamos con la gente del Consejo Nacional de Tierras y el Instituto Nacional de Tierras (Inti)”. Agrega que, en El Valle, tienen contacto con otras comunas que están desarrollando distintas actividades productivas: “Con la comuna Venezuela, Patria Mía; la 5 de Marzo; Hombres y Mujeres Libres; la Valle Veraca, la Monte Sinaí de El Junquito, productora de porcinos…”. En esas otras comunas, señala, también se están impulsando actividades productivas desde pequeños espacios, por ejemplo, la producción de alimentos que está realizando la comuna de la Planta Alba-La Heroica, de Catia; y en las parroquias Sucre y 23 de Enero.
En cuanto a las decisiones, afirma que estas se hacen en colectivo, en debates permanentes: “Interactuamos a través de grupos de Whatsapp, pero, ¡lo más importante!, nos reunimos físicamente en asamblea las distintas comisiones. En el caso nuestro, que tratamos el tema socioproductivo, nos reunimos siempre y elevamos las propuestas y, en asamblea plenaria, se aprueba, en colectivo”.
Añade que los problemas internos los resuelven, en el debate, con mediadores. “Si el tema es un poco más delicado, en mesas de resolución de conflictos, pero todo se resuelve simplemente, en el debate cotidiano, en el aprendizaje de saberes y en el respeto a la diversidad”. En lo que concierne a las necesidades, en la comunidad, hay herreros, carpinteros, plomeros, con distintos conocimientos y ocupaciones, que aportan a resolución colectiva; en el caso de no tener cómo hacerlo, lo solicitan al Partido (PSUV) o a las Unidades de Batalla Bolívar-Chávez, UBCH; por ejemplo, en el presente, con el Consejo Federal de Gobierno están tramitando un proyecto para un Centro de Diagnóstico Integral (CDI) y el agua por tubería; anteriormente, con este mismo organismo, han trabajado proyecto de impermeabilización, asfaltado, alumbrado y arreglos de algunos planteles educativos.
Allen resalta que este movimiento es toda una experiencia de construcción de soberanía en la ciudad, desde la vida en comunidad: “Partimos de allí, desde la comunidad en circunstancias de adversidad, desde la misma necesidad de producir nuestros alimentos, de creer que sí podemos levantarnos y garantizar esa soberanía alimentaria para el pueblo que somos; porque solo el pueblo salva al pueblo, pero el pueblo consciente, como nos lo dijo nuestro comandante Chávez. Aquí estamos nosotros, con esa convicción, como elementos políticos, ecosocialistas, en resistencia, en transformación y creación: creemos que podemos actuar sobre la vida cotidiana y generar nuevos espacios sociales con otras formas de relación humana”.


