Caracas, 18 de enero de 2024 (Prensa Mincomunas).- Más de 400 familias de la parroquia Pozo Verde en el municipio Caroní, estado Bolívar, producen tubérculos y hortalizas, además de otros rubros destinados a la alimentación humana, con la participación activa de las generaciones jóvenes.
El líder comunitario Julio Terán describe dicho territorio guayanés como uno en donde están presentes muchas lagunas y tapones ―pozos de agua formados con piedras y otros materiales por sus pobladores―, terrenos rurales y periurbanos irregulares y montañosos, humedecidos por quebradas y riachuelos que terminan en el río Ure.
A la que denominaron con el sugestivo nombre de Pozo Verde es la parroquia rural más grande que tiene el municipio Caroní. Esta densa parroquia, que agrupa 75 consejos comunales, está ubicada entre dos ejes carreteros (entre ellos la vía a El Pao) y a orillas de la cuenca del río Ure. Allí están presentes las comunas Bicentenaria, Comandante Guerrillero Américo Silva y Unión y Fuerza Revolucionaria de Caruachi.
Quien aporta la información por estas comunidades es Julio Terán, miembro activo de la Empresa de Propiedad Social Circuitos Económicos Agrícolas de Caroní, perteneciente también al Grupo de Intercambio Solidario El Roble, y directivo de la mesa de formación política. Es facilitador y docente, junto a su compañera y se ocupan de acompañar la formación agroalimentaria. Es activador productivo de los CLAP y se encuentra laborando con las comunidades en la siembra de hortalizas. Terán habita en la parcela Paraíso Escondido y es integrante del Consejo Comunal El Valle de Mina Arriba y de la Comuna Comandante Guerrillero Américo Silva.
Respecto a la producción que impulsan las familias pertenecientes a los consejos comunales de la parroquia Pozo Verde y en cuanto a rubros destinados a la alimentación, menciona la producción de yuca y maíz, además de berenjenas, cítricos, cambures, aguacates, lechosas, auyamas, mamones, ajíes, cocos, mangos; hojas para hallacas, condimentos (entre los que se cuentan el orégano, la cúrcuma, el eucalipto, la pimienta, el onoto, la concha de naranja en polvo); así como harinas de cambur, topocho y castaña. Entre los animales que crían en las comunas de esta parroquia se encuentran los cerdos, chivos y conejos.
Terán destaca la generación de nuevos productos para la higiene personal, como el jabón de baño Brisas del Río, elaborado con aceites autóctonos de palma y coco, con un Ph neutro, “así como con esmero y conocimiento profesional por manos de comuneras y comuneros, quienes trabajan en las tierras ubicadas a orillas del Orinoco. Este jabón es creado con la sabiduría de la comunidad Brisas del Orinoco, bajo la asesoría del Consejo Patriótico de Adultos y Adultas Mayores”.
Poder popular activo para el autoabastecimiento
Sobre las experiencias de organización política en dicha parroquia, Terán señala que han “empezado a dar frutos organizativos concretos con la actualización de un grueso número de consejos comunales presentes en la zona” y que, además, se han unido a través de los Circuitos Económicos Comunales Agrícolas de Caroní que agrupan las actividades de las parroquias Pozo Verde y Yocoima, con las que se realizan importantes actividades como las ferias del campo y trueques de semillas.
Comenta que esta organización ha sido “bastante compleja”, en virtud de la existencia de varias parroquias, el alto número de consejos comunales y de productores; a lo que se suma la dificultad para concentrar a las personas en las reuniones, producto del alto costo de movilización y alto kilometraje a recorrer, debido a la extensión territorial característica de la zona.
Este líder comunitario destaca que una de las luchas del pueblo comunero es que todo el eje debe ser un solo territorio. “Además de unirnos la historia, nos une el eje carretero, la cuenca del río Ure y todas las características naturales que son las mismas en todo el eje”, arguye Terán.
Mano a mano con los distintos niveles de gobierno
El guayanés Julio Terán menciona que, para las actividades agrícolas, utilizan el machete, el hacha, el azadón y, del tipo mecánico, cuentan con el bastón o cortador de maleza. En algunas áreas del punto y círculo de la zona, utilizan algunos tractores provistos por los consejos comunales, la Alcaldía de la parroquia y por la Gobernación del estado. Cuentan además con cinco motocultores (tractores de un solo eje): dos aportados por los circuitos económicos, dos por la Alcaldía del municipio y uno por el Movimiento de Campesinos, Campesinas, Comuneros y Comuneras Tomasote, de Guayana. Dichas entidades regionales, de acuerdo con el vocero, han venido apoyando las actividades del poder popular; también lo hace el Ministerio del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales (Mincomunas).
El vocero comunitario comenta que los nuevos proyectos que se han iniciado los dos últimos años han estado concebidos con una visión agroecológica, hacia el ecosocialismo, en la búsqueda no solo de la seguridad alimentaria, sino de la sustentabilidad de los procesos y el cuidado de la Tierra.
Respecto a las dificultades que pudieran haberse presentado los últimos años, producto del bloqueo imperial y de la pandemia de covid-19, el líder comunitario encuentra como algo paradójico que, quizás, una de las cosas beneficiosas es el hecho de que ha disminuido el uso de plaguicidas e insecticidas, que ingresaban importados al país; prácticamente, por eso, hay zonas donde se utilizaban mucho y, ahora, prácticamente están en cero, y eso ha llevado a que los compañeros y los campesinos que siembran aquí hayan ido volteando a estos procesos y a utilizar controladores orgánicos, biológicos y lo mismo con los abonos.
En esa misma dirección, también han promovido el trueque de semillas y de otro tipo de productos, la cría de lombrices californianas ―presentes en dichos territorios desde hace alrededor de 30 años―, así como el impulso de otras actividades culturales agroecológicas, “que se habían perdido y se están retomando”. Adicionalmente, han fomentado la cría de peces, en los tapones y lagunas presentes en dicha parroquia.
En lo que corresponde a las semillas para los alimentos tradicionales, como son la yuca, la batata, el maíz y la auyama, Julio Terán informa que el campesino extrae su semilla directamente de cada siembra, la procesa y la guarda para el período siguiente. En el caso del maíz, aunque se ha promocionado y provisto, con la Gobernación del estado, la semilla del maíz venezolano Guanape ―autóctono de esta zona―, esta siembra no ha prosperado producto del cambio de los ciclos de lluvia derivados de la crisis climática; por lo cual se está sembrando el maíz canilla o maíz criollo como también se le denomina en dicha región, mientras se trabaja en técnicas y estrategias para cultivar las variedades Guanape.
De igual modo, a través de los circuitos económicos y algunas cooperativas del sector, así como el apoyo de compañeros de la Misión Sucre (del área agroalimentaria), de la Universidad Bolivariana de Venezuela, del Inces Agrícola y de algunos movimientos sociales, se ha estado promoviendo el trueque de semillas ―experiencia que ya cuenta con alrededor de 10 años operando en el municipio― y caminan en dirección a constituir un centro para producir sus propios controladores biológicos y orgánicos.
Entre las actividades de formación dirigidas a las nuevas generaciones, el vocero reporta la preparación de liceístas en la actividad de siembra con prácticas en las granjas, y el programa sabatino de formación de adultos en la Escuela Técnica Industrial de Adultos Cecilio Acosta, en la parroquia Simón Bolívar de Caroní, dirigido a impulsar la agricultura urbana. A estas, agrega las actividades formativas con la Escuela de Formación del Poder Popular, la Escuela Decolonial Comuna o Nada ―celebrada en Barcelona y organizada por Mincomunas para varias regiones del país― donde han contado con la presencia de los maestros de México y Puerto Rico, como la filósofa Katia Colmenares y el sociólogo Ramón Grosfogel.
Conciencia comunitaria
Entre el significativo número de actividades que impulsan estas parroquias y consejos comunales para la promoción de la producción agrícola, se encuentran las ferias a cielo abierto, el trueque de semillas, planes de siembra comunal y entrega de semillas de maíz, como el que tiene por eslogan Sin maíz no hay país.
Añade que miembros de los consejos comunales que integran las comunas mencionadas han venido participando en ferias de promoción de su producción agrícola y eventos que han denominado Fiesta del Poder Popular; nombre que le han dado a las acciones de intercambio y compra de alimentos, ropa, libros. Este tipo de espacios los realizan, de manera conjunta, con instituciones, empresas básicas, consejos comunales “o las ferias a cielo abierto que realiza la Alcaldía”.
Es de destacar en estas realizaciones la creación de los Circuitos Económicos de Caroní y la constitución del Grupo de Intercambio Solidario de El Roble, con sede en la antigua sede de la Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (Pdval) ―desde hace más de 2 años―, así como la labor del Movimiento de Campesinos, Campesinas, Comuneros y Comuneras Tomasote, de Guayana, “movimiento multidisciplinario y ecuménico”; instancias con las que se han fortalecido de manera significativa las actividades comunitarias.


