Comuna monaguense El Rosillo construye buen vivir en el oriente venezolano

Caracas, 11 de enero de 2024 (Prensa Mincomunas).- Rodeadas de morichales, ríos subterráneos y lagunas, más de 5 mil familias integrantes de la Comuna El Rosillo, que hace vida en el oriente venezolano, trabajan desde una valoración ideológica comprometida con el buen vivir.

Quien toma la palabra para hablar de la Comuna El Rosillo, a la que identifica como la primera organizada en el estado Monagas, es Gustavo Velazco, quien agrega que este espacio comunitario se halla constituido por los consejos comunales La Gran Pradera de Chávez, Casa China, Brisa La Cascada, Brisa de Venezuela, Bello Horizonte, Alí Primera 1, Alí Primera 2, Villa Heroica Norte, Renacer de La Pastora, Agua Blanca, Villa Las Américas, La Pradera, Sagrado Corazón de Jesús 1, Sagrado Corazón de Jesús 2; de la parroquia Alto de Los Godos, de Maturín, capital del estado Monagas.

Gustavo Velazco es parlamentario principal del banco de esta comuna y, también, trabaja como maestro pueblo en formación ideológica comunitaria y en producción agrícola.

El líder comunitario recuerda que esta comuna se asentó, precisamente, en los terrenos en donde existía una finca con ese mismo nombre, que “el comandante Hugo Chávez visitó una vez, hace 20 años, y puso la primera piedra para la construcción de un asentamiento campesino”.

Al describir la comuna, la caracteriza entre urbana y rural, ya que desarrolla una actividad económica diversificada: cultivan plantas, crían animales de corral, elaboran textiles.

Las labores comunales de El Rosillo van desde la siembra de plantas como el chino yansin, el chino morado, la yuca amarga y el frijol ―como cultivos con mayor producción―; y el limón y el aguacate, como alimentos producidos en menor escala. Respecto a esta producción agrícola, señala que las áreas o terrenos los manejan como conucos, de 5 a 10 hectáreas; por lo tanto, colectan y acopian las mejores semillas para el momento de la época de siembra.

Apunta que la comuna la identifican como “diversificada”, porque tres de los consejos comunales que la integran, aunque poseen terrenos cultivables, desarrollan esta actividad a menor escala y, además, realizan otras actividades, fuera del área agropecuaria, con miras a completar el gasto diario de las familias que la conforman.

En cuanto a la producción pecuaria, crían gallinas, cerdos, vacas, ovejas y conejos. Sostiene que, de manera reciente, algunos productores crían pequeños animales para la provisión comunitaria de proteínas, como una actividad que genera menor preocupación ante la crisis climática, especialmente frente a los relacionados con el exceso de lluvias o la sequía, así como menor afectación en los ecosistemas.

Añade que se unieron con otras comunas para ampliar sus actividades como unidades de producción familiar (UPF), para la fabricación de textiles, urnas y herrería; además de producir, juntos/as, alimentos para animales de granja. En relación con esta última actividad, afirma que utilizan el corazón del plátano y “los alimentos se ligan para rendirlos, siempre inventando mezclas para optimizar la producción”.

Las comunas con las que se han asociado son: La Gran Victoria y El Nazareno; con ellas, realizan la producción de textiles, fabrican uniformes escolares, ropa infantil y ropa interior para niñas y niños.

Al hacer acopio de todo el desempeño que buscan impulsar y potenciar en colectivo, afirma que “todos trabajan con esfuerzo y financiamiento familiares; la comuna apoya en la parte formativa y con algunos créditos para las siembras, a través del Sistema Integral de Gestión Comunitaria (Sinco)”.

Producción responsable con la Tierra

En su explicación sobre las técnicas, los procedimientos y las herramientas para impulsar su producción, Gustavo Velazco sostiene que utilizan herramientas manuales, e insiste en que solo una vez al año utilizan tractores para el arado, con el propósito de “evitar el daño a la madre tierra”.

Velazco subraya que “la Tierra es tratada con respeto”: “Usamos la lombricultura y sus productos son utilizados en la siembra para que la tierra descanse; nada venenos. Tratamos de ser lo menos dependientes de productos químicos; usamos el pastoreo, preparamos la comida de los cochinos nosotros mismos y a las gallinas les damos maíz. Para animales de corral, como los cochinos, se siembra ocumo chino y se preparan otros productos con el corazón del plátano”.

Economía del pueblo y para el pueblo

En relación con las formas de distribución y comercialización de su producción agrícola y textil, el líder comunitario afirma que “algunos productos se dirigen a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP); algunas familias compran directo a las familias campesinas y algunos productos se intercambian mediante el trueque”. Además, en la actualidad, manejan las competencias en la distribución del gas doméstico.

Velazco relata, con regocijo, que esta comuna trabaja en la instauración de una democracia económica, desde una estructura dirigida por los comuneros y las comuneras, puesta al servicio de las necesidades de la mayoría; pero con la conciencia de que no se puede “reventar” a la madre tierra, que nos alberga y nos nutre.

Organización política, memoria y ecología de conocimientos

En el relato del representante parlamentario de El Rosillo, esta comuna participa en un buen número de reuniones con otras organizaciones similares, donde se exponen los proyectos comunitarios y se aprende mutuamente. Adicionalmente, la Escuela para el Fortalecimiento del Poder Popular (EFPP), con sus facilitadores, les acompaña en la planificación y la ejecución de “talleres de formación y de intercambio de conocimientos”.

Agrega que el Parlamento comunal lleva un registro de los éxitos en las siembras y los desaciertos; porque, “muchas veces, las lluvias o las sequías destruyen todo y, de nuevo, se va al principio”. A su juicio, esa sistematización permite tomar previsiones y hacer ajustes.

Señala que los asuntos importantes y las dificultades se plantean en el Parlamento para, posteriormente, ser discutidos en los gobiernos comunales y ser aprobados en las asambleas de pobladores. El procedimiento se da de la siguiente manera: “El Parlamento comunal se reúne, nombra una comisión, se aplica la asamblea, y los elegidos se trasladan a las distintas instancias del poder”.

De cara al futuro: aprendizajes en comunidad

Al cierre de su narración acerca de los principales asuntos relacionados con la experiencia en la organización, labor productiva y política impulsada al interior de esta comuna, Gustavo Velazco manifiesta que el aprendizaje que les ha quedado de vivir en comuna ha sido “la conciencia del trabajo por el bien común. Nos conocemos más. Aprendemos de los errores. Oímos a todos. Somos más unidos”.

Al precisar sobre el efecto del bloqueo imperialista en el trabajo e impulso de esta comuna, sostiene: “A todos nos ha afectado; pero, a la vez, nos ha enseñado que, en las dificultades, con la unión de todos/as, se hace la diferencia, desde la solidaridad, el amor, el trueque”.

Este comunero campesino monaguense añade que, en las reuniones entre los miembros de la comuna, suelen escuchar la música del Cantor del Pueblo, Alí Primera, al tiempo que identificó como un objetivo central de esta organización comunitaria “el hacer autosustentable e irreversible una revolución ecosocialista, que permita transformar las relaciones humanas”.

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