Expertos coinciden en que sanciones son una estrategia planificada para generar un cambio de régimen en Venezuela

En el auditorio de Fogade, en Caracas, se desarrolló este martes el foro “Confesiones de Mark Esper: Plan para asesinar al Presidente Nicolás Maduro e invadir a Venezuela”, con las ponencias del excanciller y ministro del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales, Jorge Arreaza; el viceministro para Asuntos Antibloqueo, William Castillo y el diputado a la Asamblea Nacional (AN), Pedro Infante.

El titular de las Comunas explicó que el ataque despiadado del Gobierno de Estados Unidos contra Venezuela no fue una operación fortuita, sino una estrategia planificada y sistemática, con acciones premeditadas en tiempo y espacio.

Describió cronológicamente cómo fueron apareciendo señales sospechosas en 2012, en el contexto de la última elección presidencial del comandante Hugo Chávez, quien la denominó como guerra económica; escasez de productos, bancos extranjeros iban dejando el país, “una guerra que fue ocurriendo, no formalizada en leyes, pero que estaba en proceso y venía haciendo daño desde los años 2013-2014; luego aparece el Decreto Obama el 8 de mayo del año 2015. La agresión más que militar, que siempre fue una opción, iba a ser económica, contra la industria venezolana”.

El ministro Arreaza profundizó sobre la agresión imperial durante su gestión como Canciller de la República, designado en agosto de 2017, mencionando la campaña de manipulación mediática, arremetida del Grupo de Lima, suspensión de Venezuela del Mercosur, amenaza de intervención militar de Donald Trump, primera ronda de sanciones contra Pdvsa, fractura del diálogo desarrollado en República Dominicana en febrero de 2018 e inicio del no reconocimiento al presidente Maduro; justificación humanitaria para intervenir el país, amenaza de máxima presión, en la que voceros del Gobierno estadounidense confesaron que Venezuela se quedaría sin electricidad, sin alimentos, sin medicamentos.

A su juicio, lo que neutralizó permanentemente al equipo de Trump es que no había condiciones subjetivas en el pueblo venezolano para llevar a cabo una operación militar, no vieron las condiciones reales necesarias para invadir el país.

El viceministro William Castillo señaló que la estrategia de Estados Unidos de aplicar sanciones es una política de Estado, que no depende de las relaciones políticas buenas o malas ni siquiera de los procesos de contacto, que se legaliza en 1917, pero que en la gestión de Barack Obama adquiere un desarrollo teórico, conceptual, doctrinario y político, convirtiéndose en una práctica de ejecución sistemática, sucedánea perfecta de una guerra, porque implican menos costo político, hacen daño y se logran los objetivos. Apuntó que en Venezuela las medidas coercitivas unilaterales buscan un cambio de régimen político, no sólo un cambio de gobierno. Además, indicó que la arquitectura sancionatoria de EEUU a Venezuela se fundamenta en dos leyes, una de diciembre de 2014 y la otra de diciembre de 2019.

El alto funcionario del Ministerio para Economía y Finanzas mostró parte del trabajo de registro y sistematización del Observatorio Nacional Antibloqueo, que en sus estadísticas demuestran que Venezuela es el quinto país con más empresas y personas sancionadas, el tercer con más buques sancionados y el segundo con más aeronaves sancionadas, superando a Rusia. “Lo que ha pasado debe generar una memoria colectiva como pueblo organizado. No podemos dejar que esto pase de manera impune. Ha sido una guerra criminal, multiforme, ilegal y extraterritorial, y nosotros no podemos dejar que esto siga pasando”, enfatizó el viceministro Castillo.

El diputado Pedro Infante, quien preside la Comisión especial de la AN para investigar los planes contra Venezuela a partir de las confesiones de Mark Esper, reveló los documentos, contratos, libros, decretos y declaraciones recabadas, entre otras pruebas, que corroboran que todo forma parte de un plan de Estados Unidos, cuyo interés en Venezuela responde a que posee la principal reserva de petróleo del mundo, la principal reserva de oro de América Latina y una de las principales potencias gasíferas en el planeta.

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